jueves, 9 de mayo de 2019

Primero lincho... después viriguo. MeTooEscritoresMexicanos

Primero linchar. Después averiguar


Pterocles Arenarius


                                En este mundo hay una cosa muy mala
                                    ¡Qué mala es! ¡Qué mala es!
                                        ¿Qué cosa!
                                        La lengua...

                                        (Se repite)

                                Se está perdiendo el concepto de las cosas
                                Entre la injuria, la calumnia y la difamación                                                                Ya no se puede vivir en el ambiente social
                                Tenemos que luchar por levantar la virtú
                                y la moral de los hombres...

                                    Coro: Sujétate la lengua, sujétate                                   

                                        La Sonora Matancera
                                        Sujétate la lengua




"Quiero hacer una denuncia anónima.
Yo estuve en una fiesta en la que el pseudo escritor Jorge Borja estaba abusando de una menor a la que apodaba "la diablita".
A sus amigos les causaba mucha gracia que esta chava no tenía "estudios" como ellos."
 Página de MeTooEscritoresMexicanos



Alguien publicó el texto inmediatamente anterior en el que denuncia el abuso de Jorge Borja en la persona de quien dícese apodaban “la diablita” (sic).
Tengo que decir un par de cuestiones al respecto. La primera es que resulta odioso y cobarde acusar desde el anonimato. Borja no es alguien con poder en ningún ámbito, no tiene con qué hacer un acto de represión de ninguna índole contra quien lo acusa; ni siquiera ―y me recontraconsta― de tipo físico. Borja jamás ha dado un golpe a ser humano en su vida (les cuento esto desde mi pasado de peleador profesional). Pero eso no es lo peor sino que lo mete en el llamado MeTooEscritoresMexicanos (una pregunta ¿por qué en inglés? ¿No podían haberlo traducido al español? ¿Hasta en esto hay quien quiere copiar a los gringos todo cuanto hacen?), digo lo mete ahí pero previamente lo llama pseudo escritor (sic). Bueno, pues quizá pudiera ser cuestión de gustos porque quizá quien se atreve a llamarlo así tenga vastos conocimientos que le autoricen a decir eso de Borja, pero para mí Jorge Arturo Borja es un gran escritor, cuentista, novelista, cronista; no exagero, de lo mejor que hay en este país. Un autor que ha trabajado por décadas hasta que, en algún momento, será muy importante, ya lo es, aunque no sea famoso. Además es un maestro de taller de creación literaria absolutamente extraordinario. Llamarlo “pseudo escritor” (sic) sólo es la inconsciente indicación de un odio gratuito o sabrá Dios qué oscura aversión anide en esa almita que injuria.

Lo segundo que tengo que decir es que la persona que hace la falsa denuncia dice que Borja abusaba de una menor de edad a la que apodaba “la diablita” (sic, una vez más). Quizá quien aquí pretende acusar haya visto sólo esa vez a quien ella llama “la diablita”, muchacha que, en efecto, mantuvo una relación con el maestro Borja, pero jamás, mientras estuvo con él fue ella menor de edad, e incluso diría más, pero mejor no; aunque lo dicho a mí me consta. Y agrego que si alguien fue abusado en esa relación no fue “la diablita”.
Luego, quien redacta parece buscar una llamada de atención de una manera muy endeble al hecho de que a todos los amigos del maestro Borja presentes en la fiesta que se refiere, les resultaba gracioso que ella no tuviera “estudios” como ellos. Pues digamos que sí, eso era muy curioso y más porque Borja es una auténtica lumbrera, un hombre muy brillante que acumula inmensos talentos y conocimientos en la literatura, en la historia, en la teoría de la creación, en la preceptiva literaria, en el cine y en otras disciplinas. Pero ahora tal curiosidad perdió efecto, porque, gracias al maestro Borja, esa chica (“la diablita”) es una profesora egresada y titulada en la Benemérita Escuela Nacional de Maestros. Repito, gracias al maestro Borja.
Tenemos que evitar la calumnia y la difamación, como dice la gran banda musical de Cuba, la histórica Sonora Matancera.
Es muy triste que se aproveche esta herramienta, el MeToo, aunque sea en inglés, para luchar contra los abusos de una manera en la que prevalezcan los prejuicios y la ignorancia. Quien redactó ese par de párrafos no tiene idea de lo que fue la relación entre las personas que involucra ni de quién es cada uno. Y si la tiene es peor, porque entonces ¿cuál es el móvil de la acusación?, y eso nos da pie para pensar en sentimientos e intenciones viles porque está difamando con las peores intenciones a un hombre bueno que además de ser un gran artista es un maestro del más alto nivel y de una generosidad inexistente en este mundo.
Un ataque similar costó la vida a Armando Vega Gil. Y no sabemos si fue calumnia. Pero se perdió la existencia de un ser humano valioso.
Por otra parte, ni se alegre quien haya perpetrado esta calumnia, el maestro Jorge Arturo Borja no se va a suicidar. Tiene varias misiones mucho más trascendentes que atender antes que esta acusación falsa e infame ―o al menos plena de maligna ignorancia― y esa es: publicar algunos libros y dar luz a los privilegiados que son sus discípulos en su taller que, por cierto, él llamó Eusebio Ruvalcaba.