miércoles, 21 de junio de 2023

La unidad

 Texto publicado en el periódico Defensa de la 4T, No. 48.


La unidad

 

Pterocles Arenarius

 

El pueblo unido jamás será vencido

 

 

La derecha cree que la mayoría de los ciudadanos de México somos estúpidos. Está bien. No se puede pedir más de gente racista, clasista y machista. Si creen eso, nos conviene a nosotros. No pueden concebir que un campesino, un ama de casa, un obrero, tengan ideas que ya se aproximan mucho a la consciencia de clase, que conozcan la circunstancia general, más o menos aproximada de la historia reciente y la coyuntura del momento en el ámbito político. La gente de derechas así lo ha manifestado siempre: “Los que votan por López son pobres e ignorantes, indios patarrajada”. Pues allá ellos.

Pero bien vale la pena recordarles que en este país, por siglos, se sacrificó a millones de personas condenándolas a la miseria de por vida a cambio de privilegiar a una pequeña élite económica e ilegítimamente beneficiada, inútil, estéril, mediocre y renegada de su nacionalidad.

Los conservadores, la gente de derecha, siempre ha admirado lo extranjero. En los tiempos de la Primera Transformación e incluso en la Segunda, el paradigma era España, aunque por conveniencia política y odios tan arteros y revanchistas contra Benito Juárez y el grupo de los liberales, los conservadores acudieron a Francia, para que el ejército de ese país apoyara a un príncipe austriaco en desempleo y viniera a gobernar a este “país de indios ignorantes”. Esa gente solía llamar a España La Madre Patria. Olvidaban y siguen haciéndolo, que los españoles que invadieron las tierras de nuestro país provocaron la hecatombe demográfica más grande de la historia de la humanidad. Cuando llegaron, a finales del siglo XVI, acá había unos 20 millones de habitantes. Cien años después los pueblos originarios no tenían una población mayor de seis millones de personas. Es algo que ni los nazis consiguieron.

La Segunda Transformación separó a la iglesia del estado y fundó realmente a México al conseguir una identidad nacional.

Luego, poco antes de la Tercera Transformación, el tirano Porfirio Díaz hizo de Francia el paradigma, a pesar de que él mismo combatiera contra los soldados franceses entre 1862 y 1867. Y luego de traicionar sus ideales, Porfirio, insaciable de poder, se olvidó del pueblo al que se mantuvo sometido brutalmente a formas de explotación inhumanas. Lo cual provocó la Tercera Transformación, la que costó al país un millón de muertos.

Hasta entonces, todos los grandes cambios revolucionarios ocurrieron de manera violenta.

En 1911 se fue don Porfirio. Pero quedó doña Porfiria.

La tiranía porfirista se transformó en una Dictadura Perfecta, como dijera un escritor peruano hoy vendido a la reacción internacional.

México padeció un régimen tiránico disfrazado de democracia. El PRI fue el partido de estado más longevo de la historia de la humanidad. El PRI no se detuvo para cometer asesinatos, torturar, encarcelar, desaparecer y hacer fraudes electorales para conservarse en el poder. Doña Porfiria era igual o peor que don Porfirio. El PRI corrompió todo lo que llegó a tocar. El partido (filonazi) apellidado de Acción Nacional terminó pareciéndose tanto al peor PRI que hoy es difícil distinguirlos.

Andrés Manuel López Obrador fue el dirigente con la talla política para lograr la derrota del sistema prianerredista, por más que le haya tomado casi toda su vida lograrlo.

El presidente AMLO ha dicho con frecuencia que “Hay gobiernos que dan y hay gobiernos que quitan”. Eso, el pueblo lo sabe desde hace muchas décadas. Los del PRI, los del PAN, fueron siempre gobiernos que quitaban. Derechos de los trabajadores, justicia contra el ciudadano humilde, dinero a través de impuestos y latrocinios. Hoy la gran mayoría de los mexicanos ha descubierto que el gobierno que encabeza AMLO es su aliado.

Los “iluminados” especialistas, doctores en ciencia política, comentócratas famosos, etc., no se explican por qué el gran segmento del pueblo que ellos llaman la pelazón, el infelizaje, apoyan al presidente. Sus doctorados no alcanzan para explicarles que el gobierno de López Obrador es un gobierno que da y la otra razón es que amor con amor se paga. Conceptos más que sencillos que los estudios doctorales no consiguen explicar. Estúpidos seríamos si hubiéramos permitido que una mafia de bandidos —léase el PRIANRD— hubiera seguido decidiendo, para nuestra desgracia, el destino de todos los mexicanos.

Hay quien se queja sosteniendo que López Obrador es, en realidad, un agente que está trabajando para que, a largo o incluso a mediano plazo, se perpetúe el sistema capitalista explotador. A éstos les sugiero que lo vean al revés. AMLO es un político que teniendo todo en contra, luego de haberse mantenido dentro del sistema corrupto (pero realizando por décadas la inmensa hazaña de no corromperse) jugó con las reglas de la oligarquía, en su propio terreno, contra el árbitro siempre vendido a sus contrincantes y a contracorriente. Y así, luego de décadas, derrotó a una mafia corrompida y racista.

Luego de casi cinco años de gobierno de la 4T México tiene números muy alentadores. Los salarios han aumentado un insólito 80 por ciento; la economía se encuentra creciendo como nunca en el último medio siglo, al tres por ciento anual; el pueblo raso recibe apoyos que jamás en la historia había otorgado gobierno alguno: Pensión a Adultos Mayores, Sembrando Vida, Construyendo el Futuro, Becas Benito Juárez, apoyos a discapacitados; un 70 por ciento de los hogares tienen al menos un apoyo del gobierno. Se construyen grandes obras: puentes, aeropuertos, carreteras, presas, el Tren Maya, el Corredor Transístmico, la Refinería Olmeca. El peso está fuerte como nunca, ganando consistentemente ante el dólar. La bolsa de valores con circunstancia gananciosa permanente. El empleo con números históricos y las remesas desde EU rompiendo récords.

Los que vivimos no podemos recordar un gobierno mejor que éste en nuestra vida.

Pero hay tres cosas que me asombran.

Una, que nuestro gobierno está logrando todo ¡sin aumentar la monstruosa deuda que nos heredaron los gobiernos ladrones!, y al revés, la está reduciendo.

Dos, que esta es una verdadera revolución, pero es pacífica. Alabado sea Ochún.

Y, tres, que la oposición vocifera que la 4T ¡está destruyendo al país!

Resulta increíble que no reconozcan lo extraordinario de nuestro gobierno. Y en esa medida es que debemos defenderlo y refrendar la victoria de 2018.

La lección de las recientes elecciones es clarísima. Si nuestro movimiento se divide nos pueden derrotar.

Pero si nos mantenemos unidos, creo que seremos invencibles.

Lo diré abiertamente. Claudia Sheinbaum o Adán Augusto son candidatos ideales para la continuidad.

Con Marcelo Ebrard tendría alguna reserva, pero aun así es muy aceptable.

Gerardo Fernández Noroña, es un legislador muy valioso, muy aguerrido, inteligente y sería buen candidato en otras condiciones. Su gran defecto, pienso, es que es demasiado valiente. Atrabancado. No es mecha-corta, no tiene mecha. Y eso puede poner en peligro todo lo construido.

Y, por último, con Ricardo Monreal ni a la esquina.

Pero lo imprescindible es la unidad.


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