Texto publicado en el periódico Defensa de la 4T, No. 48.
La
unidad
Pterocles Arenarius
El pueblo unido jamás será
vencido
La derecha cree que la mayoría
de los ciudadanos de México somos estúpidos. Está bien. No se puede pedir más
de gente racista, clasista y machista. Si creen eso, nos conviene a nosotros.
No pueden concebir que un campesino, un ama de casa, un obrero, tengan ideas
que ya se aproximan mucho a la consciencia de clase, que conozcan la
circunstancia general, más o menos aproximada de la historia reciente y la
coyuntura del momento en el ámbito político. La gente de derechas así lo ha
manifestado siempre: “Los que votan por López son pobres e ignorantes, indios
patarrajada”. Pues allá ellos.
Pero
bien vale la pena recordarles que en este país, por siglos, se sacrificó a
millones de personas condenándolas a la miseria de por vida a cambio de
privilegiar a una pequeña élite económica e ilegítimamente beneficiada, inútil,
estéril, mediocre y renegada de su nacionalidad.
Los
conservadores, la gente de derecha, siempre ha admirado lo extranjero. En los
tiempos de la Primera Transformación e incluso en la Segunda, el paradigma era
España, aunque por conveniencia política y odios tan arteros y revanchistas
contra Benito Juárez y el grupo de los liberales, los conservadores acudieron a
Francia, para que el ejército de ese país apoyara a un príncipe austriaco en
desempleo y viniera a gobernar a este “país de indios ignorantes”. Esa gente
solía llamar a España La Madre Patria. Olvidaban y siguen haciéndolo, que los
españoles que invadieron las tierras de nuestro país provocaron la hecatombe
demográfica más grande de la historia de la humanidad. Cuando llegaron, a
finales del siglo XVI, acá había unos 20 millones de habitantes. Cien años
después los pueblos originarios no tenían una población mayor de seis millones
de personas. Es algo que ni los nazis consiguieron.
La
Segunda Transformación separó a la iglesia del estado y fundó realmente a
México al conseguir una identidad nacional.
Luego,
poco antes de la Tercera Transformación, el tirano Porfirio Díaz hizo de
Francia el paradigma, a pesar de que él mismo combatiera contra los soldados
franceses entre 1862 y 1867. Y luego de traicionar sus ideales, Porfirio,
insaciable de poder, se olvidó del pueblo al que se mantuvo sometido
brutalmente a formas de explotación inhumanas. Lo cual provocó la Tercera
Transformación, la que costó al país un millón de muertos.
Hasta
entonces, todos los grandes cambios revolucionarios ocurrieron de manera
violenta.
En
1911 se fue don Porfirio. Pero quedó doña Porfiria.
La
tiranía porfirista se transformó en una Dictadura Perfecta, como dijera un
escritor peruano hoy vendido a la reacción internacional.
México
padeció un régimen tiránico disfrazado de democracia. El PRI fue el partido de
estado más longevo de la historia de la humanidad. El PRI no se detuvo para
cometer asesinatos, torturar, encarcelar, desaparecer y hacer fraudes
electorales para conservarse en el poder. Doña Porfiria era igual o peor que
don Porfirio. El PRI corrompió todo lo que llegó a tocar. El partido (filonazi)
apellidado de Acción Nacional terminó pareciéndose tanto al peor PRI que hoy es
difícil distinguirlos.
Andrés
Manuel López Obrador fue el dirigente con la talla política para lograr la
derrota del sistema prianerredista, por más que le haya tomado casi toda su
vida lograrlo.
El
presidente AMLO ha dicho con frecuencia que “Hay gobiernos que dan y hay
gobiernos que quitan”. Eso, el pueblo lo sabe desde hace muchas décadas. Los
del PRI, los del PAN, fueron siempre gobiernos que quitaban. Derechos de los
trabajadores, justicia contra el ciudadano humilde, dinero a través de
impuestos y latrocinios. Hoy la gran mayoría de los mexicanos ha descubierto
que el gobierno que encabeza AMLO es su aliado.
Los
“iluminados” especialistas, doctores en ciencia política, comentócratas
famosos, etc., no se explican por qué el gran segmento del pueblo que ellos
llaman la pelazón, el infelizaje, apoyan al presidente. Sus doctorados no
alcanzan para explicarles que el gobierno de López Obrador es un gobierno que
da y la otra razón es que amor con amor se paga. Conceptos más que sencillos
que los estudios doctorales no consiguen explicar. Estúpidos seríamos si
hubiéramos permitido que una mafia de bandidos —léase el PRIANRD— hubiera
seguido decidiendo, para nuestra desgracia, el destino de todos los mexicanos.
Hay
quien se queja sosteniendo que López Obrador es, en realidad, un agente que
está trabajando para que, a largo o incluso a mediano plazo, se perpetúe el
sistema capitalista explotador. A éstos les sugiero que lo vean al revés. AMLO
es un político que teniendo todo en contra, luego de haberse mantenido dentro
del sistema corrupto (pero realizando por décadas la inmensa hazaña de no
corromperse) jugó con las reglas de la oligarquía, en su propio terreno, contra
el árbitro siempre vendido a sus contrincantes y a contracorriente. Y así,
luego de décadas, derrotó a una mafia corrompida y racista.
Luego
de casi cinco años de gobierno de la 4T México tiene números muy alentadores.
Los salarios han aumentado un insólito 80 por ciento; la economía se encuentra
creciendo como nunca en el último medio siglo, al tres por ciento anual; el
pueblo raso recibe apoyos que jamás en la historia había otorgado gobierno
alguno: Pensión a Adultos Mayores, Sembrando Vida, Construyendo el Futuro,
Becas Benito Juárez, apoyos a discapacitados; un 70 por ciento de los hogares
tienen al menos un apoyo del gobierno. Se construyen grandes obras: puentes, aeropuertos,
carreteras, presas, el Tren Maya, el Corredor Transístmico, la Refinería
Olmeca. El peso está fuerte como nunca, ganando consistentemente ante el dólar.
La bolsa de valores con circunstancia gananciosa permanente. El empleo con
números históricos y las remesas desde EU rompiendo récords.
Los
que vivimos no podemos recordar un gobierno mejor que éste en nuestra vida.
Pero
hay tres cosas que me asombran.
Una,
que nuestro gobierno está logrando todo ¡sin aumentar la monstruosa deuda que
nos heredaron los gobiernos ladrones!, y al revés, la está reduciendo.
Dos,
que esta es una verdadera revolución, pero es pacífica. Alabado sea Ochún.
Y, tres,
que la oposición vocifera que la 4T ¡está destruyendo al país!
Resulta
increíble que no reconozcan lo extraordinario de nuestro gobierno. Y en esa
medida es que debemos defenderlo y refrendar la victoria de 2018.
La
lección de las recientes elecciones es clarísima. Si nuestro movimiento se
divide nos pueden derrotar.
Pero
si nos mantenemos unidos, creo que seremos invencibles.
Lo
diré abiertamente. Claudia Sheinbaum o Adán Augusto son candidatos ideales para
la continuidad.
Con
Marcelo Ebrard tendría alguna reserva, pero aun así es muy aceptable.
Gerardo
Fernández Noroña, es un legislador muy valioso, muy aguerrido, inteligente y
sería buen candidato en otras condiciones. Su gran defecto, pienso, es que es
demasiado valiente. Atrabancado. No es mecha-corta, no tiene mecha. Y eso puede
poner en peligro todo lo construido.
Y, por
último, con Ricardo Monreal ni a la esquina.
Pero
lo imprescindible es la unidad.
file:///C:/Users/CXO%20DELL/Downloads/PERIODICO%20DEFENSA%20N48%20final.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario