martes, 18 de enero de 2011

Disculpas

Por alguna extraña razón, durante algunos días, este blog se encontró en blanco. Cierta extraña dificultad técnica provocó que no fueran visibles muchos de los textos que aquí se encuentran y que otros hubiesen desaparecido. Por lo cual se ofrecen disculpas a los miles y miles de lectores de este blog y se restituyen la mayoría de los textos otrora desaparecidos.

lunes, 3 de enero de 2011

Cristina en Río

Cristina en Río



Pterocles Arenarius

http://pterocles-arenarius.blogspot.com/



El Homenaje es para Cristina de la Concha

El amor para María



En medio de las constantes desgracias que vienen ocurriendo en el medio cultural (se nos muere Carlos Montemayor, se nos muere José Saramago, se nos muere Bolívar Echeverría, insigne intelectual de izquierda y se nos muere nuestro escritor, quizá el más grande, Carlos Monsiváis), hay un suceso que no debemos pasar por alto: la escritora y promotora cultural mexicana Cristina de la Concha, tulancinguense de la mejor cepa, recibió el premio internacional Lyghia Fagundes Telles por promoción de la cultura.

Cristina de la Concha tiene una larga trayectoria como autora literaria y promotora de la cultura en su natal Tulancingo, Hidalgo. Ella, con un mínimo equipo de asistentes, organizó y llevó a cabo los encuentros Latinoamericanos de Escritores 2007 y 2008. El primero, dedicado a homenajear a una de las más grandes escritoras mexicanas del siglo XX y principios del XXI, Elena Poniatowska Amor.

Vale decir que ese Primer Encuentro Latinoamericano de Escritores resultó un valiosísimo ejercicio tanto de re-conocimiento de otros autores como de autoconocimiento para los que están haciendo la literatura tulancinguense. Los escritores, como todos los artistas o los profesionistas, deben conocerse entre sí, saber qué están haciendo sus colegas; sorprenderse, conmoverse con los excelentes trabajos que nunca faltan y animar a los bisoños, hacer magisterio entre los nuevos escritores, para que la literatura se recree.

No menos valioso para los escritores de la capital del país fue conocer y valorar las expresiones de la cultura del estado de Hidalgo además de la gran oportunidad de rendir homenaje a una gigante, a la heroína de la literatura (y también de la sociedad) mexicana, Elena Poniatowska Amor (en ese primer encuentro de Tulancingo me enteré de su propia voz que a ella le agrada que se anote su segundo apellido), una deliciosa persona para no hablar de la inmensa estatura tanto intelectual como espiritual de La Poni. Más que bien merecido fue ese homenaje que, de otra manera, fue un gran premio para los escritores que gozamos de la compañía de la grandiosa escritora y no menos espléndida mujer.

Un momento inolvidable de Tulancingo 2007 fue cuando la colosal pareja de bailarines de tango Zulma y Roberto deslumbraron a toda la asistencia con una soberbia demostración de virtuosismo, elegancia y, como no, cachondería al ejecutar una presentación de esta inigualable danza, el tango en su expresión más clásica. Zulma y Roberto nos probaron que no podía haber mejor presencia de Argentina en aquella ocasión que la magia del tango en la plaza principal de Tulancingo.

Para el Segundo Encuentro Latinoamericano de Escritores, Tulancingo 2008, se homenajeó a tres de los buenos poetas que mantienen viva la llama del más alto arte en palabras. Ellos fueron el gran poeta uruguayo Saúl Ibargoyen y los mexicanos Ricardo Yáñez, entrañable poeta jaliciense quien siempre que lee sus poemas en público, tiene un momento en que detiene su lectura y respira profundo para ahogar un sollozo que parece a punto de estallarle en el pecho; así siente, así escribe Ricardo. Además recibió también reconocimiento el desgarrado, intensísimo poeta capitalino Max Rojas.

En ambos encuentros ocurrió la afortunada concurrencia entre los autores con una parte del pueblo o, digamos de la sociedad; y uno de los más valiosos: los estudiantes, desde los de primaria hasta los universitarios. Tal encuentro fue afortunado por que los niños o adolescentes o jóvenes estudiantes se mostraron desde divertidos, pasando por asombrados, extrañados y hasta fascinados con las historias y los poemas que los escritores, en una atinadísima iniciativa de la organizadora, ofrecieron en múltiples recitales literarios en muchas escuelas de esta ciudad.

Allí quedó depositada, sin duda, la semilla del arte, en las mejores mentes, las más jóvenes, las se educarán y un día no tan lejano tomarán las riendas de la vida tulancinguense. Ya vendrá el época de la cosecha; por más que diversas circunstancias de múltiple índole hayan impedido la continuidad de los encuentros de escritores en esta hermosa ciudad.

La organización de un encuentro de esta envergadura, el trabajo de conseguir los dineros y una vez librado este tremendo escollo (siempre hay dinero para todo, menos para la cultura: “En política lo que cuesta dinero es barato”, dicen los políticos cínicos y corruptos ―lo cual es un triple pleonasmo); entonces decidir alojamiento, alimentación, sitios, horarios, transportación; es decir, tiempos y espacios. Pero mucho más. Los egos y los egomaniacos, las pequeñas y las inmensas rencillas e intrigas; las envidias… Et-cé-te-ra… Una tarea titánica que, finalmente, casi nadie reconoce.

Cristina de la Concha se echó a cuestas la ingente tarea de los dos encuentros, entre muchas otras nobles, aunque fatigosas, tareas culturales.

Anotemos una vez más que la cultura de nuestro país, sus artes, son de primer mundo. Nuestra literatura una de las más vigorosas y de alta calidad en América Latina; subcontinente cuya literatura “está de moda”, ya fuera y aparte del envejecido boom latinoamericano, en Europa. Las autoridades, los políticos en general, desconocen, desprecian por ignorancia (y también temen) a la cultura y al arte ¿Por qué las personas adeptas a arte y cultura son inteligentes, críticas y conscientes? Ah, pero eso sí, cuando se trata de vanagloriarse de los logros que los artistas generan para sus países o sus localidades, muchas veces trabajando en la penuria, los políticos son los primeros en pararse el cuello. Casi como si ellos fueran los creadores.

Esperemos que pronto se lleve a cabo la tercera edición del Encuentro Latinoamericano de Escritores, cuyos antecesores, entre muchos otros actos de alta cultura hicieron merecer a Cristina de la Concha el premio Lyghia Fagundes Telles, una de las más importantes escritoras de Brasil. Premio que, anotemos, le fue entregado (en Río de Janeiro ―y con gastos de viaje y estancia pagados― para envidia de muchos) por la Secretaría General Iberoamericana a nuestra compatriota Cristina.

Por último, entre tantas calamidades y ahora también muertes de nuestros más grandes autores, felicitemos a Cristina de la Concha por este premio que viene a ennoblecer su arduo trabajo cultural. ¡Enhorabuena, Cristina!