miércoles, 18 de noviembre de 2015

Algunas influencias en Arenarius, por Agustín Ramos

Columna Tomar la palabra

Agustín Ramos

Influencias extrañas
Algunas influencias en Arenarius
 
Cuando Walter Jay me buscó para pedirme que leyera y opinara sobre el manuscrito de su novela, Gabito, después publicada en Jus con el título El camino de las casas cansadas, faltaba mucho para que fundara la editorial “De otro tipo”, a la que me invitó para ayudarlo a decidir el primer libro que lanzaría.
Tres autores


Así reencontré a un autor al que había tratado muy poco, décadas antes y con un nombre que él transformó en Pterocles Arenarius por razones que explica en “El mensajero”, cuento donde actualiza lo mejor de Rafael Bernal.
Se Busca Escritor, premio a Una muerte inmejorable


Pterocles resultó el autor de la novela elegida, Una muerte inmejorable, donde se confrontan, sin escarnio pero sin ninguna concesión, valores asumidos como “lo normal de las metrópolis” o bien como “el costumbrismo provinciano”. Con tema tal no es ninguna hazaña encontrar influencias tanto de Dos Passos y Ken Kalfus como de Hamsun y Queirós.
Dos Passos leyendo. Por Harold Weston. Ken Kalfus. Influencias Pteroclidianas.























                                                                                                      
 
Sin embargo las múltiples influencias literarias, filosóficas, vitales de Arenarius, no se evidencian tanto en sus novelas como en sus cuentos y crónicas, porque los epígrafes, no siempre estrictamente literarios (J. Campbell, R. Caillois), desarrollan o ilustran narrativamente la idea o la cosmovisión contenida en ellos y, aparte de ser la entrada al texto, a veces rinden homenaje estilístico al autor citado, como a Rilke en “Preferir el mundo” o a Ruesch en “Naturaleza moribunda frente a dos jóvenes...”
Howard Phillip Lovecraft, tan similar a Tranquilino Vallehermoso


Hablando de citas, en su prólogo a los Cuentos de Cthulhú, Rafael Llopis parece calcar la forma de vida del protagonista de Una muerte inmejorable antes de que le detecten un mal sin cura. Claro, Llopis se refiere a Lovecraft, quien “…incapacitado para la lucha, se encerró en el pesimismo de su soledad impotente, entre dos viejas tías solteronas, rodeado de muebles antiguos y empolvados. Hasta los treinta años no pasó una noche fuera de su casa”.
El horror de la vida real de Lovecraft se vive en Nueva Inglaterra; el del protagonista de Arenarius, en Guanajuato -no en Cuévano, porque el Guanajuato de esta novela no se ve en forma oblicua sino a lo derecho, sin prejuicios ni aires de superioridad.
Guanajuato, donde ocurre Una muerte inmejorable.

A un guanajuatense de buena familia y mejores costumbres le diagnostican una enfermedad en fase terminal. Él anda por los cuarenta de edad, tiene una prometida a la que jamás ha besado; vive con dos tías, hermanas del difunto padre y cuñadas de una mujer de talento artístico que tras la viudez huyó de la aldea.
Al enterarse de lo que padece, el protagonista se encierra días en su recámara. Su ostracismo activa la alarma de la prometida y de las tías y hace que la madre regrese a consolarlo. No a conmiserarse ni a expresar arrepentimientos zoquetes; viene con su amante y con una amiga que, en un parpadeo, abre los ojos del desahuciado. Y entonces, como algunos otros personajes de la narrativa de Arenarius, el enfermo tiene una revelación casi mística.
Revelaciones casi místicas en los personajes de Arenarius


Primero con la amiga de su madre, luego con su prometida, en las juergas y sus consecuentes descubrimientos, el protagonista comienza a practicar, entre aventuras propias de una muerte inmejorable, la subversión moral, política y carcelaria (subversión textual y figurada, si aceptamos el encierro pueblerino como una prisión mental).
Rafael Llopis: "Lovecraft costumbrista"; ¿entonces Pterocles autor de terror fantástico?


Entre el costumbrismo y el naturalismo, con una actitud a la que puede aplicarse la definición que Rafael Llopis hace de la segunda etapa de la obra de Lovecraft : “Tal apertura de horizontes hizo de él un escritor realista...
¡Cómo! -exclama al respecto Bloch- ¿Realismo en la obra de H.P. Lovecraft?
¡Pues claro que sí! –Prosigue Llopis-. ¿Quién como él ha descrito con tanta exactitud y tan convincentemente las zonas rurales de su Estado? ¿Quién sino él ha sabido pintar con suma claridad la decadencia de las gentes y de las costumbres de esta región? En esta segunda época, el propio Lovecraft se declara realista…”
Y más adelante, Llopis cita algo de Wetzel sobre Lovecraft que mutatis mutandis también podría aplicarse a Arenarius:
Para él el Puritanismo representaba el apogeo del Mal. En este sentido, se le puede considerar como un escritor realista a lo Balzac, que, siendo partidario de cierto grupo social y perteneciendo a él, supo en su amargura, y acaso sin pretenderlo, pintar su descomposición real.”
Varias huellas del sublimador del horror real que fue Lovecraft, se hallan en Una muerte inmejorable. Pero la filiación de Demoniaca, novela anterior de Arenarius, es más directa y lleva el apellido Sade…
Se apellida Sade...

sábado, 7 de noviembre de 2015

El padre Sol


El padre Sol
Miles, millones de reacciones nucleares. El padre Sol


El padre Sol da alimento a nuestro planeta gracias a una situación de equilibrio absolutamente milagroso. Recordemos que Venus, el planeta inmediatamente anterior a la Tierra con respecto al Sol es un infierno en el que no es posible la vida por el excesivo calor y muchas más condiciones extremas de ese planeta; mientras que Marte, el planeta posterior está convertido en un yermo helado en el que tampoco es posible la vida. El Sol quema 4 millones de toneladas de hidrógeno por segundo —así de inmensamente grande es comparado con nuestro planeta—, el Sol realiza inconcebibles transformaciones de energía mediante reacciones nucleares de fusión de núcleos de átomos de hidrógeno para transformarlo en helio (que después, por el mismo procedimiento, se transformará en otros elementos, con los millones de años, en todos los demás elementos naturales). Con tales reacciones nucleares el Sol produce la energía suficiente para que en nuestro planeta, los vegetales se alimenten de los minerales de la Tierra, respiren el aire de la atmósfera, tomen el agua del subsuelo de nuestro planeta y todo ello gracias al fuego ya muy moderado por los 150 millones de kilómetros que nos separan del Sol. El Sol produce tanta energía que si ésta se repartiera de una manera equitativa, alcanzaría para proporcionar la misma cantidad energética a 3 mil millones de planetas iguales al nuestro; es decir, nuestro planeta recibe 0.00000003 (tres mil millonésimas de la energía total que se produce en el Sol). El Sol es, en diámetro, casi 110 veces más grande que la Tierra y en volumen es 1 300 000 veces mayor que la Tierra. Esto significa que si la Tierra tuviera el diámetro de una naranja (digamos 10 centímetros), el Sol tendría un diámetro —más o menos— como de un edificio de cuatro pisos, 14 metros; pero estaría alejado de la naranja algo así como un kilómetro y medio (para los que conocen el DF, como la distancia del metro Hidalgo al San Cosme). No es posible eludir un escalofrío de terror —terror cósmico, quién lo duda—, al pensar en tales circunstancias. El Sol es el símbolo de la divinidad. Todos los pueblos de la

Tamaños comparativos en escalas muy comprensibles

antigüedad, sabiamente, lo veneraron como el Dios originario. Las llamas que vemos en esta película, en la realidad, miden cientos de miles de kilómetros. Y, bueno, si queremos pensar más en grande, nuestro venerado Sol es apenas una estrella más —no del canal del desagüe que se nos manifiesta tan ilegítima como electrónicamente— de los 400 000 millones de estrellas de nuestra galaxia; no es una estrella enana, pero tampoco es de las grandes; es sólo una más. Lo escalofriante de las dimensiones del universo a duras penas se equilibra con el increíble pasmo de que podamos entender semejantes conceptos.
(Eso consuela mucho cuando observamos sujetos que se creen, por alguna ignota razón, superiores al resto de los humanos. Individuos cuya miseria espiritual los conduce a convencerse de que no tienen llenadera y con eso los impulsa a acumular riquezas de manera enfermiza, mucho peor que un loco desquiciado. Ahora mismo hay un güey del que dicen que es el más rico del mundo, pero lo que no dicen es que ha logrado eso robando a cien millones de pendejos; otros que, entre ambos, son dueños de un monopolio de la comunicación que acumula también inmensas riquezas gracias a engañar a un buen porcentaje de los cien millones mencionados y algunos más que son mucho menos que garrapatas, que chinches o incluso microorganismos dañeros y enemigos de la naturaleza y que, parece que no lo saben, se irán de este mundo, más pronto que tarde y todos los millones que se han robado se quedarán en este mundo. Les aseguro que no se llevarán nada). Y el universo seguirá en movimiento. El Sol continuará su inimaginable combustión a ritmo de 4 millones de toneladas por segundo durante otros 5 mil millones de años, décadas más, décadas menos, claro

Nada de lo que se han robado se llevarán al otro mundo

está. Y en algún momento, dentro de cierto número de siglos, cuando los humanos hayan evolucionado, todos esos pésimos individuos mencionados, los insaciables, los explotadores, los despiadados serán un mal recuerdo para la nueva humanidad, que recordarán con alguna tristeza cuando algunos de los humanos eran unos verdaderos hijos de la chingada que llegaron a poner en peligro la existencia de la mismísima humanidad tan sólo para saciar una de sus más estúpidas manías: su codicia.