martes, 15 de diciembre de 2015

La tremenda suerte del simio sabio

Algunas virtudes de leer.



La tremenda suerte del simio sabio

Pterocles Arenarius



Leer es una función superior de la especie humana. El homínido (autoclasificado) homo-sapiens-sapiens (hss), ha adquirido ante otras especies semejante estatus por algunas razones, entre las cuales anotemos las que quizá sean más importantes. La primera es que alcanzó la hegemonía en el planeta. Más importante incluso que la anterior, es que ha adquirido consciencia planetaria. La relación entre ambas cuestiones anteriores es que nuestro género es el responsable ―y así lo asume― tanto del planeta como de las demás especies que en él habitan.
La adquisición de la consciencia es la facultad más importante y junto con ella aparece la cualidad suprema de nuestra especie: la razón, es decir la función intelectual. Digamos, la capacidad de elevar el pensamiento hasta la abstracción y a través de ella alcanzar incluso lo sublime, la estatura espiritual o la conmoción ante la obra de arte, la capacidad de encontrar la belleza tanto en el mundo natural como en la humanidad (algunos escépticos me dirán, por esto, ingenuo o quizá iluminado, pero la belleza, incluso entre los humanos no sólo existe, sino que es abundante: un día paséense por un barrio de gente clasemediera o, en otras palabras, afortunada y bien alimentada.
La belleza: instinto e imaginación.
Las muchachas hermosas abundan entre tal tipo de población y suelen convertirse en una fiesta de placer para los ojos); no menos que lo anterior, la creación de una metafísica personal o la adopción de una, ya sea filosófico-científica o incluso religiosa pero difícilmente de las religiones-institución que actualmente predominan y padecemos. Las anteriores son, junto con unas cuantas circunstancias más, los motivos de una vida humana feliz; pero, además, el desarrollo en grande de una de ellas nos da incluso la trascendencia como individuo.
El lenguaje creó al pensamiento ¿o el pensamiento creó al
lenguaje?
La consciencia humana, quién lo duda, es ―digamos en el lenguaje de los biólogos― la más grande adquisición evolutiva de cualquier especie en la Tierra. Casi no hay duda que todo empieza cuando el pensamiento se convierte en lenguaje. En el momento más remoto, cuando por un lado el pensamiento apenas rebasa lo que serían las emociones, los sentimientos y por otro lado el lenguaje no iba más allá de gritos de alarma o de terror para salvar al vida y alertar a los congéneres tribales. Pero el pensamiento se intensifica con tal de vencer las dificultades, por otra parte, el lenguaje se amplía para describir, o intentar hacerlo, tanto las dificultades como las emociones que provocaban las “grandes hazañas” de los cazadores. El lenguaje le pone un escalón al pensamiento y éste la da uno más al lenguaje. Uno al otro se crean, se apoyan, se generan mutuamente. De igual manera que el trabajo hace al hombre, cuando el trabajo es hecho por el hombre.
El lenguaje necesitó miles de años para ir creándose, para volverse muy refinado hasta que llegó el momento en que requirió convertirse en lenguaje escrito. Se dice que tal ocurrió porque, una vez concretada la revolución del neolítico, con el descubrimiento de la agricultura, la propiedad privada, la dominación masculina y la acumulación de bienes (granos, animales domesticados, etc.), fue imprescindible la cuantificación de lo poseído. El uso de los números y las operaciones más sencillas entre ellos. Y si esto volvía natural la creación de una bitácora económica, ¿por qué no una cotidiana? Podríamos decir que así nació la historia, o la documentación de la existencia.

El hombre de libros. Arcimboldo.
A lo que se desea llegar es a la idea de que el lenguaje escrito ―y de manera irrenunciable― la consciencia humana actual y la hegemonía planetaria de la especie. Es decir, la escritura y, antes, la lectura o bien al revés, esto es la vieja discusión de “el huevo y la gallina”, pero lectura y escritura ponen las bases del descomunal despegue del que fuera en cierto momento un simio desamparado y en grave peligro de extinción.
La lectura, sin duda, nos convierte en gente con vivencias mucho más amplias, variadas y de múltiples registros. Si mirar en la realidad un asesinato nos provoca un grupo de tremendas emociones, la gran hazaña es que una novela pueda causar el mismo estado emotivo sin todas las desventajas de hacer acto de presencia ante un homicidio. Y puesto que la obra literaria ha logrado eso, ¿cuál es la diferencia entre ambas situaciones? La diferencia es sólo en grado de intensidad. El que lo vivió tiene algunas ventajas, si es que sobrevive; el que lo leyó tiene la más grande, que puede vivir muchas más, por miles, circunstancias como ésa de intensas pero eludiendo los riesgos de la realidad. Entonces, es cierto, el cerebro no distingue, si acaso en grado, los sucesos reales de los leídos.
Vivir varias vidas gracias a leer.
La lectura estimula la imaginación. No hay duda, todos hemos dicho que “vemos la imagen” gracias a alguna descripción muy precisa, evocadora, sucinta e inteligente. La imaginación es una de las facultades de mayor importancia para los humanos. Entre otras maravillas de que nos provee, es la de “saber ponernos en los zapatos de los otros”, lo que da origen a una de las más humanas virtudes, la compasión, o facultad de compartir con otros lo que les pasa. Se dice que los criminales más despiadados, los torturadores, los tiranos, en general no son gente mala, sino soberbia y sin imaginación, es decir, incapacitados para la compasión.
En cuanto al desarrollo del hipocampo y la corteza cerebral, el primero, se dedica a los asuntos del aprendizaje y la memoria en relación con las emociones. Este órgano cerebral pertenece al llamado circuito límbico, que es el sitio en donde se producen las emociones. Tiene que ver con el aprendizaje y la memoria, por supuesto, ¿qué es lo que siempre se recuerda si no lo que nos provocó violentas emociones? ¿Qué es lo que mejor se aprende si no lo que está relacionado con las más hermosas emociones que nos provocaron los grandes profesores que todos llegamos a tener alguna vez en la escuela? En otras palabras la lectura nos convierte en sujetos más inteligentes, puesto que este órgano fundamental del aprendizaje es fuertemente estimulado por esta actividad.
Este momento es prodigioso. Porque es el resultado de miles de millones de circunstancias ocurridas en el pasado para que este instante fuera exactamente como es. Eso me recuerda dos grandes obras de la literatura, una, el poema Las causas, de Borges. Un recorrido por la historia de la humanidad en unos treinta versos más o menos. Para concluir “se precisaron todas esas cosas / para que nuestras manos se encontraran”. La emoción es un escalofrío que nos recorre todo el cuerpo, como Borges recorrió desde “La frescura del agua en la garganta / de Adán. El ordenado paraíso” hasta “los rastros de las largas migraciones /.../ la conquista de reinos por la espada / la brújula incesante, el mar abierto /.../ el polvo incalculable que fue ejércitos /…/ cada remordimiento y cada lágrima”. El estremecimiento emotivo no es más que el descomunal peso de la historia sobre nuestra consciencia. Ray Bradbury va más allá al menos cuantitativamente, aunque sea menos lírico, mucho menos sensible y aunque la evocación es de otra índole, no deja de ser brutalmente intensa en su cuento El ruido de un trueno, en donde aquel personaje palurdo compra un viaje por el tiempo a una empresa turística en un mundo mucho más avanzado tecnológicamente que este en que vivimos. El hombre acude al recorrido en donde se simula la caza de un dinosaurio con las correspondientes fotos para asombrar a los amigos. Este perdulario desobedece las rigurosísimas indicaciones y mata a una mariposa. Las consecuencias son atroces. Regresan a su época y el mundo es mucho peor de como lo dejaron. Una causa muy simple, la muerte de la mariposa, provocó efectos acumulativos en millones de años, el efecto es devastador. El encargado del peregrinaje ejecuta sumariamente al necio, de ahí el título del cuento. La literatura trata ―¿cómo podría no hacerlo― la relación causa-efecto. Las obras maestras de Borges y Bradbury le dan sentido a millones de sucesos con la realidad actual, aunque sea ficticia. En efecto, la estructura principio (o introducción)-(planteamiento)-nudo-desenlace potencia el pensamiento secuencial y la vinculación causa-efecto, es decir, la manera como transcurre este universo.

La lectura: crear un mundo interior.

Al final, lo más importante, quizás, de todo, es que la lectura genera y fortalece la empatía, esto es, una manera benévola de mirar a los seres humanos. Eso es ser más humanos. Porque gracias a aquella benevolencia se asegura la preservación de la especie. Motivación esencial, por lo menos hasta este momento, de la existencia del hss mencionado, con sus asegunes más bien muy graves. La otra opción es ser más animales. Lo que entre humanos significa “ser peores contra los propios humanos”, puesto que la consciencia es irrenunciable. No pocas veces en la historia, la existencia de la humanidad se ha visto en peligro.
Quizás esto no tenga sentido. Quizás no haya objeto para la existencia. Sin duda el universo continuará su movimiento si la vida en la Tierra desaparece. Pero sería muy lamentable. Al final, como dice la teoría científica llamada principio antrópico: “El universo es como es para que en cierto momento, la materia llegue a un grado de organización tal que pueda tomar consciencia de sí misma”. La materia del universo sabe que existe, tiene conocimientos del propio universo gracias a que está aquí eso que se autonombra homo-sapiens-sapiens. No podríamos ser tan irresponsables como para autodestruirnos. Eso sería fallarle al universo que, dicen los científicos, nos construyó en 15 mil millones de años de ensayos. Pero eso parecen pretender los políticos, los financieros, los militares.
Pero nosotros seguiremos leyendo, escribiendo, pintando, bailando, actuando, esculpiendo, en una palabra, documentando nuestra existencia y haciéndola digna de existir e incluso bella.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Algunas influencias en Arenarius, por Agustín Ramos

Columna Tomar la palabra

Agustín Ramos

Influencias extrañas
Algunas influencias en Arenarius
 
Cuando Walter Jay me buscó para pedirme que leyera y opinara sobre el manuscrito de su novela, Gabito, después publicada en Jus con el título El camino de las casas cansadas, faltaba mucho para que fundara la editorial “De otro tipo”, a la que me invitó para ayudarlo a decidir el primer libro que lanzaría.
Tres autores


Así reencontré a un autor al que había tratado muy poco, décadas antes y con un nombre que él transformó en Pterocles Arenarius por razones que explica en “El mensajero”, cuento donde actualiza lo mejor de Rafael Bernal.
Se Busca Escritor, premio a Una muerte inmejorable


Pterocles resultó el autor de la novela elegida, Una muerte inmejorable, donde se confrontan, sin escarnio pero sin ninguna concesión, valores asumidos como “lo normal de las metrópolis” o bien como “el costumbrismo provinciano”. Con tema tal no es ninguna hazaña encontrar influencias tanto de Dos Passos y Ken Kalfus como de Hamsun y Queirós.
Dos Passos leyendo. Por Harold Weston. Ken Kalfus. Influencias Pteroclidianas.























                                                                                                      
 
Sin embargo las múltiples influencias literarias, filosóficas, vitales de Arenarius, no se evidencian tanto en sus novelas como en sus cuentos y crónicas, porque los epígrafes, no siempre estrictamente literarios (J. Campbell, R. Caillois), desarrollan o ilustran narrativamente la idea o la cosmovisión contenida en ellos y, aparte de ser la entrada al texto, a veces rinden homenaje estilístico al autor citado, como a Rilke en “Preferir el mundo” o a Ruesch en “Naturaleza moribunda frente a dos jóvenes...”
Howard Phillip Lovecraft, tan similar a Tranquilino Vallehermoso


Hablando de citas, en su prólogo a los Cuentos de Cthulhú, Rafael Llopis parece calcar la forma de vida del protagonista de Una muerte inmejorable antes de que le detecten un mal sin cura. Claro, Llopis se refiere a Lovecraft, quien “…incapacitado para la lucha, se encerró en el pesimismo de su soledad impotente, entre dos viejas tías solteronas, rodeado de muebles antiguos y empolvados. Hasta los treinta años no pasó una noche fuera de su casa”.
El horror de la vida real de Lovecraft se vive en Nueva Inglaterra; el del protagonista de Arenarius, en Guanajuato -no en Cuévano, porque el Guanajuato de esta novela no se ve en forma oblicua sino a lo derecho, sin prejuicios ni aires de superioridad.
Guanajuato, donde ocurre Una muerte inmejorable.

A un guanajuatense de buena familia y mejores costumbres le diagnostican una enfermedad en fase terminal. Él anda por los cuarenta de edad, tiene una prometida a la que jamás ha besado; vive con dos tías, hermanas del difunto padre y cuñadas de una mujer de talento artístico que tras la viudez huyó de la aldea.
Al enterarse de lo que padece, el protagonista se encierra días en su recámara. Su ostracismo activa la alarma de la prometida y de las tías y hace que la madre regrese a consolarlo. No a conmiserarse ni a expresar arrepentimientos zoquetes; viene con su amante y con una amiga que, en un parpadeo, abre los ojos del desahuciado. Y entonces, como algunos otros personajes de la narrativa de Arenarius, el enfermo tiene una revelación casi mística.
Revelaciones casi místicas en los personajes de Arenarius


Primero con la amiga de su madre, luego con su prometida, en las juergas y sus consecuentes descubrimientos, el protagonista comienza a practicar, entre aventuras propias de una muerte inmejorable, la subversión moral, política y carcelaria (subversión textual y figurada, si aceptamos el encierro pueblerino como una prisión mental).
Rafael Llopis: "Lovecraft costumbrista"; ¿entonces Pterocles autor de terror fantástico?


Entre el costumbrismo y el naturalismo, con una actitud a la que puede aplicarse la definición que Rafael Llopis hace de la segunda etapa de la obra de Lovecraft : “Tal apertura de horizontes hizo de él un escritor realista...
¡Cómo! -exclama al respecto Bloch- ¿Realismo en la obra de H.P. Lovecraft?
¡Pues claro que sí! –Prosigue Llopis-. ¿Quién como él ha descrito con tanta exactitud y tan convincentemente las zonas rurales de su Estado? ¿Quién sino él ha sabido pintar con suma claridad la decadencia de las gentes y de las costumbres de esta región? En esta segunda época, el propio Lovecraft se declara realista…”
Y más adelante, Llopis cita algo de Wetzel sobre Lovecraft que mutatis mutandis también podría aplicarse a Arenarius:
Para él el Puritanismo representaba el apogeo del Mal. En este sentido, se le puede considerar como un escritor realista a lo Balzac, que, siendo partidario de cierto grupo social y perteneciendo a él, supo en su amargura, y acaso sin pretenderlo, pintar su descomposición real.”
Varias huellas del sublimador del horror real que fue Lovecraft, se hallan en Una muerte inmejorable. Pero la filiación de Demoniaca, novela anterior de Arenarius, es más directa y lleva el apellido Sade…
Se apellida Sade...

sábado, 7 de noviembre de 2015

El padre Sol


El padre Sol
Miles, millones de reacciones nucleares. El padre Sol


El padre Sol da alimento a nuestro planeta gracias a una situación de equilibrio absolutamente milagroso. Recordemos que Venus, el planeta inmediatamente anterior a la Tierra con respecto al Sol es un infierno en el que no es posible la vida por el excesivo calor y muchas más condiciones extremas de ese planeta; mientras que Marte, el planeta posterior está convertido en un yermo helado en el que tampoco es posible la vida. El Sol quema 4 millones de toneladas de hidrógeno por segundo —así de inmensamente grande es comparado con nuestro planeta—, el Sol realiza inconcebibles transformaciones de energía mediante reacciones nucleares de fusión de núcleos de átomos de hidrógeno para transformarlo en helio (que después, por el mismo procedimiento, se transformará en otros elementos, con los millones de años, en todos los demás elementos naturales). Con tales reacciones nucleares el Sol produce la energía suficiente para que en nuestro planeta, los vegetales se alimenten de los minerales de la Tierra, respiren el aire de la atmósfera, tomen el agua del subsuelo de nuestro planeta y todo ello gracias al fuego ya muy moderado por los 150 millones de kilómetros que nos separan del Sol. El Sol produce tanta energía que si ésta se repartiera de una manera equitativa, alcanzaría para proporcionar la misma cantidad energética a 3 mil millones de planetas iguales al nuestro; es decir, nuestro planeta recibe 0.00000003 (tres mil millonésimas de la energía total que se produce en el Sol). El Sol es, en diámetro, casi 110 veces más grande que la Tierra y en volumen es 1 300 000 veces mayor que la Tierra. Esto significa que si la Tierra tuviera el diámetro de una naranja (digamos 10 centímetros), el Sol tendría un diámetro —más o menos— como de un edificio de cuatro pisos, 14 metros; pero estaría alejado de la naranja algo así como un kilómetro y medio (para los que conocen el DF, como la distancia del metro Hidalgo al San Cosme). No es posible eludir un escalofrío de terror —terror cósmico, quién lo duda—, al pensar en tales circunstancias. El Sol es el símbolo de la divinidad. Todos los pueblos de la

Tamaños comparativos en escalas muy comprensibles

antigüedad, sabiamente, lo veneraron como el Dios originario. Las llamas que vemos en esta película, en la realidad, miden cientos de miles de kilómetros. Y, bueno, si queremos pensar más en grande, nuestro venerado Sol es apenas una estrella más —no del canal del desagüe que se nos manifiesta tan ilegítima como electrónicamente— de los 400 000 millones de estrellas de nuestra galaxia; no es una estrella enana, pero tampoco es de las grandes; es sólo una más. Lo escalofriante de las dimensiones del universo a duras penas se equilibra con el increíble pasmo de que podamos entender semejantes conceptos.
(Eso consuela mucho cuando observamos sujetos que se creen, por alguna ignota razón, superiores al resto de los humanos. Individuos cuya miseria espiritual los conduce a convencerse de que no tienen llenadera y con eso los impulsa a acumular riquezas de manera enfermiza, mucho peor que un loco desquiciado. Ahora mismo hay un güey del que dicen que es el más rico del mundo, pero lo que no dicen es que ha logrado eso robando a cien millones de pendejos; otros que, entre ambos, son dueños de un monopolio de la comunicación que acumula también inmensas riquezas gracias a engañar a un buen porcentaje de los cien millones mencionados y algunos más que son mucho menos que garrapatas, que chinches o incluso microorganismos dañeros y enemigos de la naturaleza y que, parece que no lo saben, se irán de este mundo, más pronto que tarde y todos los millones que se han robado se quedarán en este mundo. Les aseguro que no se llevarán nada). Y el universo seguirá en movimiento. El Sol continuará su inimaginable combustión a ritmo de 4 millones de toneladas por segundo durante otros 5 mil millones de años, décadas más, décadas menos, claro

Nada de lo que se han robado se llevarán al otro mundo

está. Y en algún momento, dentro de cierto número de siglos, cuando los humanos hayan evolucionado, todos esos pésimos individuos mencionados, los insaciables, los explotadores, los despiadados serán un mal recuerdo para la nueva humanidad, que recordarán con alguna tristeza cuando algunos de los humanos eran unos verdaderos hijos de la chingada que llegaron a poner en peligro la existencia de la mismísima humanidad tan sólo para saciar una de sus más estúpidas manías: su codicia.








domingo, 25 de octubre de 2015

El Génesis de La Fiesta
Pterocles Arenarius
El poeta Alejandro Campos Olivier publicó mi cuento La Fiesta (Cuando bajaron los ratones) en una plaqueta. Como él vive en Morelos y como éste es estado invitado a la XV Feria Internacional del Libro del Zócalo, pues lo trajo a vender en esta maravilla que es la FIL Zócalo. Muchas gracias a Alejandro Campos.
Hermosa edición hecha en la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México.
Este cuento fue escrito hace muchos años —quizá en 1982— en el taller que impartía Manuel Rodríguez Herrero (qepd) en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Poli. Poco tiempo después, en 1983, ese taller tuvo que emigrar a la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, porque un burócrata empezó a hacerle la vida de cuadritos al poeta Rodríguez Herrero. Y Ahí se escribió La Fiesta. Era la primera vez que Pterocles se soltaba el chongo, la primera vez en la vida que escribía ejerciendo totalmente la libertad (el cuento puede leerse en pterocles-arenarius.blogspot.com, pero hay que googlearlo antes, para no tener que buscar en el blog); aunque escribía sin saber qué era un cuento, el novato Pterocles se dedicó a divertirse, a narrar con un espíritu de reír y hacer reír, además de alarmar un poco con dos elementos, uno, los terribles sucesos que suelen ocurrir en una fiesta del barrio bajo y, otro, el lenguaje que se da en tales ámbitos. Es un buen cuento que cumple con lo que se propuso el autor. Una vez, quizá en el año 1987, fue leído en el Encuentro Callejero de Literatura que organizaba la Unión de Vecinos y Damnificados 19 de Septiembre, en La Alameda central. Nacho Betancourt dijo que era un cuento con estructura arborescente. Antes, en 1986, en la serie de lecturas que organizaba el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Departamento del Distrito Federal, fue leído en la colonia Guerrero, la serie de lecturas se llamaba Canto y Cuento de la Ciudad. Ahí estaba Pterocles con Fausto Arrellín 
Fausto Arrellín homenajeando a Rockdrigo en el metro Balderas, Dónde más.
que comandaba al grupo Qual, que fuera el que acompañaba a Rockdrigo González; el acto sería en el parque, frente a la Iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles, en plena Colonia Guerrero. Del año 86 para esta época han pasado la eternidad de poco menos de ¡30 años! Casi me asusto. No sé cómo he vivido tanto. En aquellos tiempos el PRI —al menos formalmente— era todopoderoso en la ciudad, aunque ya había ocurrido el terremoto que nos cambió la vida, todavía estábamos muy lejos de tener el derecho de elegir a nuestros propios gobernantes; así se las gastaron, el PRI “concedió” elecciones a los chilangos hasta el año 97. Pero lo han pagado muy caro. Desde entonces no han vuelto a ganar una elección aquí, en la Ciudad de México. Manuel Rodríguez Herrero me mandó a leer ahí, en ese parque. 
La Fiesta en lectura, estreno mundial, en 1986, aquí, en la Colonia Guerrero.
Estaba un grupo de señoras priístas, regordetas ellas, muy maquilladas, celebraban un acto de cultura que consistía en un taller de migajón y llegamos los melenudos Arrellín y Pterocles y les dijimos que veníamos de tal y tal y que íbamos a hacer canto y cuento. Colocaron los micrófonos, se instaló cuanto era necesario y empezamos. Tocaron los del Qual y eso atrajo a la gente. Entonces empecé a leer el cuento de La Fiesta (Cuando bajaron los ratones) y las señoras priístas regordetas nos increparon e hicieron cuanto les era posible por suspender nuestro acto. Les dijimos que no podíamos suspender, que la delegación ya nos había pagado, etc. Una de ellas pronunció una frase para la historia: “Dijeron que iba a venir un escritor a contarnos un cuento y vino un señor bien greñudo a decir puras groserías”. Ahí se acabó Canto y Cuento de la Ciudad de México. Las gordas priístas fueron a quejarse a la delegación. Simultáneamente —y para acabarla de chingar— En la Casa de la Cultura Enrique Ramírez y Ramírez, un grupo de rock y performance que se llamaba Los Charros hacían un acto en el que representaban un pleito a ritmo de rock, el problema es que sacaban cuchillos de verdad y bebían tequila también de veras. Entre Los Charros, el Qual, Fausto Arrellín y Pterocles fuimos objeto de quejas inenarrables, que íbamos borrachos, que decíamos puras majaderías, que sacábamos armas blancas, que fumábamos mariguana, que asustábamos a las personas. Simplemente prohibieron que volviera a llevarse a cabo ese ciclo de lecturas. Terminamos, por esas quejas y sin saberlo, con Canto y Cuento de la Ciudad de México. Así se las gastaba el PRI.
Pero todavía antes, en plena época del taller de Manuel Rodríguez Herrero, ahora hemos retrocedido hasta el año de 1983, me puse a escribir el cuento archimencionado. Lo tenía en una libreta de las que usaba para tomar apuntes en la
"Llegó un viejo y se puso a decir puras
groserías": priísta anónima.
ESIA. Ahí lo traje un par de semanas quizá. Pensaba mecanografiarlo a máquina —las computadoras estaban muy lejos todavía— para llevarlo al taller de MRH. Yo estaba casado con una linda muchacha. Ella hojeando mi libreta dio con el cuento. Lo leyó. Y en cierto momento me dijo:
—Ah, por cierto, encontré la mierda esa que escribiste.
—¡¡¡!!! —Ella nunca me hablaba así—. ¡Cuál? —Me miró de fea forma diciéndome “No te hagas güey” sólo con la mirada y concluyó.
—Lo rompí y lo puse donde debía estar, en el escusado. Y le jalé a la cadena. —Me pareció inaudito lo que oía. Era cierto, el cuento hablaba de varias situaciones que involucraban sexo, violencia y drogas; así era, pero ¡era mío!, y pensé que no tenía derecho de haberlo destruido. Le dije:
—Nunca vuelvas a hacer eso. Nunca. ¿Sabes qué va a pasar?, que lo escribiré otra vez y peor. —(o sea mejor) Y me remató diciéndome:
—Si yo hubiera sabido que eras capaz de escribir algo así jamás me habría casado contigo.
El perpetrador con su "hijo".
Tuve ganas de decirle no digas eso. No es para tanto. Yo sólo me estoy divirtiendo, pero no tienes derecho de destruir lo que es mío. No le dije nada. Quizá dos años después nos separamos de facto. Nunca nos hemos divorciado. Pero nunca hemos vuelto a vivir juntos aunque nunca nos hayamos separado del todo, porque de tal unión nació Violeta, una de las mujeres más bellas e inteligentes del mundo.
Violeta. El amor.

Y pasaron muchos años. Y aunque leía en público La Fiesta más o menos con frecuencia, no lo había publicado. En el año 2008, en el II Encuentro Internacional de Escritores de Tulancingo, lo leí y lo escuchó Alejandro Campos. Me lo pidió para publicarlo. ¿En serio?, le dije. Por supuesto, respondió. Se lo di. En el año 2011 se comunicó conmigo y me dijo que le propusiera una portada para la plaquette. Ya ni me acordaba, pero él hizo un hermoso librito. Y se lo agradezco infinitamente.
Cartel para la FIL Zócalo XV.

jueves, 22 de octubre de 2015

Adrián Román es un gran poeta. Un escritor de palabra precisa y demoledora. Pero además es, diría, envolvente: un versificador poderoso y que siempre va al fondo de sí mismo. Si fuera un boxeador, diría que tiene un golpe demoledor, pero que además le gusta el intercambio de golpes, sin importarle los riesgos. Pero ha aprendido, también, técnicas muy refinadas. El conjunto de virtudes adquiridas lo convierten en un peleador invencible que se mantiene invicto. Un poeta imprescindible.





La mirada del guerrero.


Adrián Román, durísimo pegador.

Velocidad y precisión en el combate.

Fortísimo duelo.



Asistentes, mánagers, promotora.


Pterocles Arenarius es el que escribe. Si fuera peleador sería un fajador que a lo largo de una larga trayectoria en los cuadriláteros terminó por aprender no pocos puntos finos del boxeo. Bueno, pues los dos se encontraron charlando de boxeo en el Foro Eraclio Zepeda de la XV Feria Internacional del Libro Zócalo 2015.


Noqueador invicto de la Ramos Millán.
Y fue un bomberazo. Alguien canceló su participación en la XV Feria Internacional del Libro del Zócalo. Entonces, el tremendo peleador negro Adrián Román y el recio fajador chilango Pterocles Arenarius, saltaron al cuadrilátero para salvar el espacio y el tiempo.
Recio fajador.

Estos duros peleadores se enfrascaron en un toma y daca de anécdotas como ganchos al hígado, metáforas que más bien eran jabs, viejas historias como auténticos cruzados de derecha, análisis no 

El crochet. Dibujadito.

menos sesudos que intrincadas estrategias de combate y remembranzas idénticas a los viejísimos bolo-ponch. El combate fue un intercambio muy animado de disparos y el público muy pronto descubrió que la combinación de los estilos era formidable, muy acoplados ambos peleadores.
Confrontación boxístico-literaria.

Alrededor del séptimo capítulo de la contienda salieron a relucir impactos en la pelea en corto, durísima, con fuerte desgaste de ambas partes, sin dar ni pedir cuartel. Cualquiera de los dos combatientes parecieron próximos al nocaut, pero ambos mostraron granítica resistencia al castigo y apretaron los intercambios de metáforas, entiéndase jabs y rectos de izquierda. El público se divertía en grande con el duelo de historias como swings dibujados y el bueno boxeo de ambos púgiles.
El público divertidísimo con el duelo.
Por último, antes de que tocara la campana para final del duelo, ambos peleadores decidieron rifarse la victoria en un último esfuerzo, un intercambio de disparos que pusieron al respetable en la orilla de los asientos; el cambio de golpes fue extenuante y con sus últimas fuerzas ambos lanzaron su mejor golpe. Lo sorprendente es que los dos se atinaron con tal precisión que mutuamente se noquearon. 


Ofensiva de óper derecho.

Los dos fueron a la lona de manera simultánea e igualmente, ambos se pusieron de pie a la cuenta de diez. Por lo cual este extraordinario combate terminó con empate por mutuo y simultáneo nocaut. El gentío deliraba de las fuertes emociones que le produjo este enfrentamiento. Al final, como es posible ver en las fotos, ambos peleadores posaron para las cámaras juntos, muy sonrientes y también con sus respectivos ayudantes de esquina y manejadores. Un buen duelo literario-boxístico se presenció en la XV FIL Zócalo 2015.

Recto de izquierda.

viernes, 2 de octubre de 2015

2 de octubre

El 68 es hoy

Pterocles Arenarius

A cuarenta y seis años de distancia del año de 1968 ya no hay dudas: el gobierno cometió un crimen de lesa humanidad, una masacre genocida contra gente inocente. Por supuesto que el país es otro después del 68, por más que haya habido retrocesos, uno de los cuales es el regreso del peor PRI de la historia al poder encabezado por un analfabeta funcional: Enrique Peña Nieto.

Imágenes del genocidio.
Gustavo Díaz Ordaz, como si fuera necesario, en el año 1969, asumió la responsabilidad del crimen. En el trasfondo de este asesinato masivo está la hegemonía norteamericana sobre México, sin olvidar la circunstancia que, a largo plazo, parece coyuntural y que en aquellos tiempos era esencial, la guerra fría de EU contra la Unión Soviética. No olvidemos que los dos responsables mexicanos del genocidio de Tlaltelolco eran agentes de la CIA: Gustavo Díaz Ordaz (identificado como Litempo 2 por la CIA) y Luis Echeverría Álvarez (Litempo 8) —otros agentes pagados por la CIA fueron Fernando Gutiérrez Barrios (identificado como Litempo 4) y que con los años fuera secretario de Gobernación de Carlos Salinas de Gortari; Miguel Nazar Haro (Litempo 12), bien conocido y recordado como asesino y torturador y muchos más—.

Agentes de la CIA. Presidentes de México.

Las palabras de Díaz Ordaz, pronunciadas ya en los años 70, pero sin perder la prepotencia y el aire de criminal perdonavidas, a un periodista que lo inquirió (¿no había cambiado México, viejo pendejo? ¿En su tiempo alguien podía preguntarle algo así a un gran criminal de las cúpulas del gobierno?), Díaz Ordaz respondió al periodista algo así como que si no fuera por la matanza de Tlatelolco “usted no estaría aquí, jovencito”; pero lo que en realidad quería decir era, sin la matanza de Tlatelolco, México seguiría siendo gobernado por agentes descaradamente miembros de la CIA, como lo fueron tres presidentes mexicanos: Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y Adolfo López Mateos, como lo documentaron de manera más que prolija los ex agentes de la CIA: Phillip Agee y Winston Scott, entre otros. Ahora las evidencias salen a la luz. Los presidentes mexicanos no actuaban en favor de México, sino de Estados Unidos, pues eran sus agentes incluso pagados por el erario gringo.
Y aunque nuestro país, ciertamente ha cambiado, una de las peores regresiones que hemos sufrido fueron la fallida alternancia democrática que pudrió Vicente Fox cuando traicionó a la democracia y, además, nos robó escandalosamente (se dice que Martha Sahagún recibía un millón de pesos diarios al acaparar los donativos prácticamente para todas las ONG importantes de México y despojando a éstas de recursos); el siguiente sexenio, cuando Andrés Manuel López Obrador derrotó al sistema en las elecciones de 2006, prácticamente a cualquier precio impusieron al criminal y alcohólico Felipe del Sagrado Corazón de Jesús (¡!) Calderón Hinojosa, mejor conocido simplemente por el acrónimo de su nombre, Fecal. Con lo cual llevaron al país a una situación de hecatombe, de 
Uno de los auténticos héroes del año 68. El inmortal José Revueltas.

Y condujo al país... a la desgracia.

autodestrucción y de muertes masivas gracias a la guerra contra el crimen organizado que desató el señor Fecal violando la ley, todo protocolo legislativo y el mismo sentido común. Aunque no hay evidencias de que don Fecal haya sido también agente de la CIA, no sería muy de dudarse, pues en contubernio con la Agencia gringa de Control de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, 
conocida como ATP y hoy sustituta de la siniestra CIA, aplicaron “operativos” como Receptor Abierto y Rápido y Furioso para introducir miles de armas en México para “seguirles el rastro”, rastro que perdieron desde el principio. Es decir, operativos para sacrificar mexicanos, para destruir a nuestro país soliviantando la violencia. Acciones por las cuales Fecal se enriqueció y logró la protección posterior a su mandato por mucho tiempo en Estados Unidos.
Es urgente anotar que el 68 es hoy, cuando el gobierno mexicano ha cometido otro crimen de lesa humanidad, como es la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en un acto en el que brillan, igual que en Tlatelolco 68, la estupidez, la crueldad extrema, la cerrazón y —aunque muchos lo duden— el sometimiento al poder gringo.

Fueron 43 muchachos, estudiantes, indígenas, las víctimas de un crimen
monstruoso, absurdo, inexplicable.

En este momento nuestro país es una desgracia. Es el vecino muertodehambre junto al vecino millonario. Estados Unidos tiene a México de rodillas. Nuestro atraso con respecto a los gringos —los llamo gringos porque el país llamado Estados Unidos de América, traducción literal de United States of America, se confunde con una nación como México, que también es, como cualquier nación del mundo en esta etapa de la historia, un grupo de “estados unidos”. Ellos se autonombran “de América”, como también lo somos los que habitamos desde Alaska a la Patagonia. En otras palabras, los gringos no tienen nombre—, decía que nuestro atraso con respecto a los gringos es, por ejemplo en tecnología, de medio siglo; México es la víctima de los Tratados de Bucareli, mediante los cuales


Auténticos líderes del pueblo.

Alvaro Obregón, luego de recibir el apoyo gringo para derrotar a los caudillos populares mexicanos, Francisco Villa y antes Emiliano Zapata, aceptó que nuestro país no desarrollaría ningún invento o investigación científica que compitiera con los que hacían los gringos. Obregón, un redomado criminal, entregó México a los gringos, con tal de derrotar al más valioso líder popular mexicano, Pancho Villa. Además, fundó la tradición del gobierno demagógico o, mejor, mentiroso hasta el delirio; asesino, es decir, si no puedes comprar a tus enemigos, mátalos, no sin antes debilitarlos hasta donde te sea posible; y rateros. Nuestro país sólo ha sido un botín de los ricos criollos, los mestizos entronizados en el poder a punta de corrupción y el poder norteamericano. Los métodos para conservar el botín son: uno, colocar en el poder al sujeto más pendejo posible y, si no, al más vendido al poder gringo. Todos los presidentes mexicanos de la posrevolución —exceptuando al general Lázaro Cárdenas— han sido gente irremediablemente corrupta que han ocupado el cargo para volverse ricos de manera demencial, por más que sus existencias como ex presidentes hayan sido más que miserables. Y también han sido altamente mediocres, con una sola excepción en mediocridad —pero más que sobresaliente como criminal—: Carlos Salinas de Gortari.

El poder tras el trono.


Si se me disculpa la digresión, continúo. México es un país dolorosamente pobre, indefenso y atrasado con respecto del país sin nombre, o el país gringo. El salario mínimo es doce veces menor, con lo que se provoca que los mexicanos emigren a tierras gringas a trabajar, es decir, a dejar allá la riqueza que nos correspondería, pues lo único que en este mundo genera riqueza es el trabajo. Hay millones de mexicanos viviendo “ilegalmente” en el país sin nombre. Y los gringos incluso se dan el lujo de despreciar y estigmatizar a los mexicanos luego de beneficiarse de su trabajo.
El país gringo es el que tiene el primer lugar de personas obesas en el mundo. Ellos no mueren de enfermedades prevenibles, como acá; ellos revientan por exceso de comida al fallarles el corazón o por el estrés por sus enfermizas costumbres de “lucha por el éxito”, el american way of life. Tristemente, México, un país colonizado, tiene el segundo lugar en obesidad. Paradójicamente, como maldición, al mismo tiempo este país sufre hambre en al menos el 30 por ciento de sus ciudadanos. Unos mueren como los gringos, por estar excesivamente gordos —la obesidad es una discapacidad, según estándares de la OMS— y otros sufren y también mueren o padecen enfermedades o disfunciones congénitas por escasa y deficiente alimentación. La cual es provocada por un insuficiente ingreso.
Uno de los más graves “errores” cometidos por gobiernos mexicanos fue el de declinar de la autosuficiencia alimentaria cuando algún “genio” de la Secretaría de Agricultura, del régimen criminal de Carlos Salinas de Gortari manifestó el deslumbrante descubrimiento: “Comprar granos en Estados Unidos es más barato que producirlos en México”. Y así se puso en manos de los gringos la autosuficiencia alimentaria de este país. Es decir, en el momento en que el país sin nombre decida matar de hambre a los mexicanos, lo hará, porque el gobierno nuestro así lo decidió. Como nunca México es dependiente del país gringo.

País gringo, país sin nombre.


Un ejemplo más en el que nuestro país se encuentra próximo al colapso es la educación. En pocos países del mundo como aquí este es un renglón descuidado y caótico. Las graves consecuencias de una educación sistemáticamente abandonada por el gobierno ya se sienten en los niveles elevados del trabajo, es común que profesionistas de cualquier área escriban lamentablemente, cometiendo faltas de ortografía y de redacción; es común que los niños que egresan de secundaria no entiendan lo que leen y los de primaria no pueden ni siquiera multiplicar. Y las acciones para deteriorar la educación parecen inagotables. Ahora se realiza la evaluación de los que quieren entrar a cursar educación media superior por medio de una empresa privada e igualmente se pueden titular los que hayan hecho licenciaturas a través de esa empresa, llamada Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior (Ceneval). Lo cual es un primer paso para privatizar la educación en todos sus niveles. Pero no para mejorarla. Hoy, los jóvenes que hayan estudiado secundaria o dejado inconclusa la preparatoria, pueden adquirir el reconocimiento de tener tal nivel de estudios mediante ¡un solo examen! Parece ocioso afirmar que muchachos casi analfabetas accederán al certificado de preparatoria y quizás intenten llegar a la universidad. Eso es la educación en México en este momento. Y al mismo tiempo, el sindicato de maestros es una verdadera mafia de gente criminal o por lo menos altamente corrupta.

Larga historia de crímenes.

El gobierno de este momento, parece decidido a violar la ley sin medida. El presidente ha sido señalado como un ladrón. Ha acumulado riquezas que son inalcanzables con el dinero que ha ganado en toda su vida como burócrata o gobernante. No puede explicar la acumulación de bienes que ostenta (y menos todavía de los que, sin duda, oculta). El mismo régimen ha cometido asesinatos masivos en diversos sitios de México. Como en Tlatlaya, Estado de México; Tanhuato y Apatzingán, Michoacán; en algunas de estas matanzas suelen argüir que los muertos eran criminales, pero ninguna ley, ni la mexicana autorizan las ejecuciones sin juicio. Las reformas que ha impulsado el gobierno de Peña Nieto tienen la finalidad de saquear la riqueza nacional para los negocios de la corrupta clase política mexicana y para someter a los trabajadores de todo ramo de la producción o de la educación. Así han aprobado una perversión laboral llamada outsourcing o tercerismo, que arrebata toda prestación o seguridad laboral al trabajador. Además de que la reforma educativa sólo tiene la finalidad de precarizar el trabajo de los profesores sometiéndolos a condiciones de trabajo similares a las del tercerismo.
Los últimos procesos electorales han sido robados por el sistema, mucho mejor definido por Andrés Manuel López Obrador —con toda razón—, como la mafia del poder. Y esto ha ocurrido, en los hechos, para desgracia de esta nación. En muchos países de Sudamérica la izquierda logró victorias electorales y alcanzó excelentes resultados. El ejemplo más brillante es Brasil, país que se 

Comparativo.
ha convertido en una potencia mundial. Argentina, resolvió sus terribles problemas económicos y llegó a la estabilidad; Chile se encuentra en inmejorables condiciones; Bolivia, de igual manera ha resuelto grandes problemas de su economía; Uruguay se encuentra en un lugar privilegiado, por ejemplo, su índice de desarrollo personal es superior al de México. En tanto nuestro país vive una noche negra.
En el mundo, en este momento, grandes multitudes se lamentan y se manifiestan por un crimen semejante al del año de 1968. Ahora fueron desaparecidos 43 estudiantes, otra vez jóvenes y estudiantes, como hace 46 años. Pero ahora fueron indígenas, muchachos muy humildes. Lo que asombra es la inutilidad del crimen. Lo inexplicable y grave.
Pareciera que el gobierno mexicano —con mayor eficacia que si nos gobernaran los gringos— se desboca por destruir a este país; lo hace con un ahínco y una crueldad que confirma el hecho de que los sátrapas son peores contra su pueblo que los mismos invasores; por eso, quienes invaden un país, ponen a gobernar a sus dominados a uno de los mismos aborígenes.
Sin embargo, y a pesar de tantas desgracias, se gesta en México un vasto movimiento que derrumbará al régimen delincuencial que hoy dice gobernarnos. De otra manera no tenemos futuro como país. México será destruido y convertido en un grupo de pequeñas repúblicas beligerantes, atrasadas, sometidas al poder gringo y cada vez más atrasadas. En otras palabras podemos decir que hoy es peor que el 68. Sin embargo, nuestras expectativas, nuestras posibilidades, aunque parezca paradójico, son mayores.