lunes, 29 de septiembre de 2008

Discurso de Andrés Manuel López Obrador

Mensaje íntegro de AMLO durante la asamblea del 28 de septiembre

La Jornada On Line Publicado: 28/09/2008 14:27

México, DF. Discurso íntegro de Andrés Manuel López Obrador, durante la asamblea informativa del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, efectuado este domingo en el Zócalo de la ciudad de México


Amigas y amigos: La crisis del México actual es producto del agravamiento de dos males endémicos: la corrupción y la desigualdad. Es indudable que siempre se ha padecido de estas calamidades. Pero de 1983 a la fecha, la corrupción y la desigualdad se han fomentado desde el poder público; es decir, se han institucionalizado. Durante el periodo llamado neoliberal lo que realmente ha predominado es una política excluyente y de pillaje. Aquí insisto: desde 1983, un grupo muy selecto de traficantes de influencias, especuladores, banqueros, grandes empresarios y políticos corruptos se apoderaron del gobierno, se han venido apropiando de los bienes del pueblo y de la Nación y han utilizado el presupuesto público para su exclusivo beneficio. Todo este proceso ha sido operado por tecnócratas formados en escuelas del extranjero, donde se elaboran los sofismas o falsedades para justificar el predominio del interés económico de una minoría y la apropiación de los recursos naturales de las naciones por encima del bienestar de los pueblos. Incluso, como borregos, muchos intelectuales y comunicadores al servicio de la derecha repetían y consideraban válida la seudo teoría del goteo, según la cual, si le iba muy bien a los de arriba les iría bien a los de abajo. Si llovía fuerte arriba, goteaba abajo; como si la riqueza en sí misma fuese permeable o contagiosa. Veamos con precisión y objetividad cuál es el saldo de esta política de pillaje llamada neoliberal: De 1983 a la fecha, se han privatizado más de mil empresas públicas (entre ellas bancos, teléfonos, acero, minas, puertos, aeropuertos, líneas aéreas, ferrocarriles, electricidad). En los últimos veintiséis años se ha extraído tres veces más petróleo que todo lo producido en 81 años (de 1901, cuando inició la explotación petrolera, hasta 1982). De 1983 a la fecha, la deuda pública creció de 80 mil a 300 mil millones de dólares. En el periodo neoliberal se ha construido menos infraestructura y obras públicas (carreteras, hospitales, escuelas, presas, sistemas de riego), se abandonó el campo; se suprimió toda la política de fomento económico; se arruinó al pequeño y al mediano comercio; se ha desmantelado la industria nacional, y estas actividades pasaron casi por completo a manos de extranjeros. De 1982 a la actualidad, el salario mínimo ha perdido el 85 por ciento de su poder adquisitivo. En aquel entonces, el salario mínimo alcanzaba para comprar 56 kilos de tortilla, hoy sólo permite comprar 5 kilos; en 1982, del total de la población económicamente activa, 35 por ciento tenía empleo en la economía formal. Hoy sólo tiene ocupación formal 22 por ciento y, según cifras oficiales, 12 millones trabajan en la economía informal. En 1982, salieron del país a buscar trabajo al extranjero 210 mil mexicanos; en 2007 tuvieron la necesidad de emigrar 582 mil. En este periodo, mientras las universidades privadas aumentaron seis veces el número de sus estudiantes, las universidades públicas apenas duplicaron su matrícula. Este ha sido el periodo de mayor concentración de la riqueza en toda la historia de México. Un dato: en 2006, según Forbes y cifras del INEGI, el patrimonio de los 10 mexicanos más ricos era equivalente al ingreso de un año de la mitad de la población de nuestro país. Así mismo, en ese año, el 70 por ciento de las familias mexicanas vivía con ingresos menores a 8 mil pesos. Uno de los resultados más lamentables de esta política discriminatoria, es que de 1982 a la fecha, el número de pobres pasó de 32 millones a más de 60 millones; es decir, se duplicó. Aunque cruda, esta es la realidad. La espeluznante verdad: en México la riqueza de unos (pocos) se ha edificado con la miseria de otros (muchos). Por eso sostenemos que para enfrentar la crisis actual, lo primero que tiene que hacerse es cambiar esta política injusta y excluyente, que es la causa principal del empobrecimiento, de la inseguridad y de la violencia. En otras palabras, debe aplicarse una nueva política que tenga como objetivo central la atención a las necesidades del pueblo y no el lucro y los privilegios de una minoría. Este debe ser el gran tema del debate nacional. Sobre esta base es que estamos dispuestos a dialogar y a llegar a un acuerdo con otras fuerzas políticas y sectores sociales. Desde esta plaza pública defino con toda claridad lo siguiente: primero, rechazamos la violencia en cualquiera de sus manifestaciones, nuestro movimiento ha sido, es y seguirá siendo pacífico. Aquí abro un paréntesis para condenar una vez más, el acto terrorista de Morelia, que causó la muerte de 8 seres humanos y lesionó a más de 100 personas inocentes. Segundo, es necesario aclarar que no estamos en contra quienes, con esfuerzo, trabajo y de conformidad con la ley, crean riquezas y generan empleos, sino de aquellos que de la noche a la mañana amasan grandes fortunas en la ilegalidad o al amparo del poder público. Estamos a favor de una iniciativa privada con cultura productiva, con responsabilidad cívica y dimensión social. Tercero, siempre por encima de nuestros legítimos intereses personales o de grupo, estará el bienestar del pueblo y de la Nación. Cuarto, para rescatar al país de la crisis actual, estamos dispuestos a construir un acuerdo con todas las fuerzas políticas y con los representantes de todos los sectores sociales de México, siempre y cuando se convenga cambiar la política económica para apoyar a la mayoría de los mexicanos, y en especial a los pobres y desposeídos de nuestro país. Y todos nos comprometamos a no permitir la privatización de la industria petrolera en ninguna de sus modalidades. Quiero explicar a ustedes con mayor detalle por qué es indispensable cambiar la actual política y qué proponemos de manera concreta. Es innegable que la situación económica del país está en franco deterioro y si no se corrige el rumbo, la situación va a empeorar y será el pueblo pobre el que resulte más afectado. Aunque todos lo padeceremos porque en una sociedad siempre el destino de unos, está atado al de otros. Este año, el crecimiento económico de México es el más bajo de todos los países de América Latina y el Caribe. En los últimos tiempos ha sido mayor la pérdida de empleos. El salario y los ingresos están resultando insuficientes ante la carestía. Está creciendo la cartera vencida. Los bancos han reducido sus créditos. Las tiendas departamentales están bajando sus ventas. En estos días, la industria de la construcción no está creciendo. Por los efectos de la recesión en Estados Unidos, se está reduciendo el monto de las remesas de los trabajadores mexicanos en el extranjero; está cayendo la producción y las exportaciones mexicanas son menores; están bajando los niveles de ocupación en los destinos turísticos; hay falta de crédito internacional para proyectos de inversión. No quisiéramos que ocurriera, pero lo más lógico es que con el deterioro de la economía mundial habrá menores flujos de divisas hacia México por concepto de inversión, de crédito y de exportaciones. Adicionalmente, la caída en la producción de Pemex, ocasionada por su mal manejo, y una probable baja en los precios del petróleo, automáticamente plantea el riesgo del déficit creciente en la balanza de pagos. Sin considerar las exportaciones de petróleo, el déficit comercial, (es decir, cuando se compra en el extranjero más de lo que vendemos afuera) en el 2000, fue de 14 mil 149 millones de dólares; en 2007, de 53 mil 92 millones de dólares, y en 2008, según proyecciones, será de 68 mil 374 millones de dólares; es decir, crecerá 15 mil millones de dólares en un año. Y es importante señalar que el 86 por ciento de este incremento, se debe a la creciente compra en el extranjero de alimentos y petrolíferos, principalmente gasolinas. Y todavía así, el gobierno usurpador se ha negado a construir nuevas refinerías y no ha apoyado a los productores del campo mexicano para lograr la autosuficiencia alimentaria. Pareciera como si estuviera esperando una gran crisis de balanza de pagos para actuar. No es ningún secreto que un ambiente de turbulencia financiera internacional y de crédito restringido, un déficit de gran magnitud podría llevar a que la crisis económica pasara a crisis financiera, con consecuencias negativas para las tasas de interés o el tipo de cambio.
Añadir una crisis cambiaria a la crisis que hoy padecemos por falta de crecimiento, empleo y falta de seguridad tendría efectos muy graves para el bienestar de los mexicanos.
Por esta razón, desde esta plaza pública, proponemos al Congreso la aplicación de un plan anticrisis, bajo los siguientes lineamientos:
Consideramos que en materia económica, para enfrentar la crisis y evitar un mayor agravamiento, se debe fortalecer nuestra producción interna para, cuando menos, evitar un mayor desempleo y disminuir el déficit comercial.
Esto lo podemos lograr aumentando la producción para depender menos de las importaciones de gasolinas, diesel, gas natural, alimentos y toda la gama de productos manufacturados que no son competitivos por los altos costos de los energéticos y del crédito.
Los fondos para este plan anticrisis pueden obtenerse si se reduce en 200 mil millones de pesos el gasto superfluo del gobierno y se utilizan los 200 mil millones de pesos de excedentes que se recibirán este año por precios altos de petróleo.
Con esta bolsa de 400 mil millones de pesos, se deben financiar proyectos de alto impacto económico para mejorar el nivel de empleo, la competitividad y atemperar la crisis social y el clima de inseguridad.
El día 15, por la noche, propuse que se llevaran a cabo las siguientes medidas que ahora repito:
1. Que se cancelen los aumentos de precios de la gasolina, el diesel, el gas y la electricidad. Aquí añado que con esto lograremos mejorar la competitividad de la industria; dar alivio a los consumidores y reducir la presión inflacionaria.
2. Que se otorguen becas a todos los estudiantes de preparatoria del país como se hace en el Distrito Federal. Es necesario ver el gasto destinado a la juventud como una inversión social.
3. Que se aumente el presupuesto de las universidades públicas para resolver el problema de miles de jóvenes que son rechazados, con el pretexto de que no pasan el examen de admisión, cuando en realidad lo que sucede es que las universidades no tienen cupo o espacio por falta de presupuesto. Debe repararse el daño que se ha hecho con la política neoliberal, que ha dejado a los jóvenes sin oportunidad de trabajo y de estudio, y los ha orillado a emigrar o a tomar el camino de las conductas antisociales.
4. Que se otorgue una pensión alimentaria a todos los adultos mayores del país, equivalente a medio salario mínimo, como se lleva a cabo en el Distrito Federal. Este apoyo debe otorgarse desde los 65 años, cuando menos, en regiones indígenas y en las zonas de mayor pobreza del campo y la ciudad.
5. Que se entreguen de inmediato los ahorros de los exbraceros.
6. Que se aumente el presupuesto destinado al campo; se establezcan precios de garantía y subsidios al fertilizante y a otros insumos. Con ello se pueden reducir las importaciones de alimentos; evitar más aumentos en los precios de los alimentos básicos; mejorar la economía de campesinos y productores, y atemperar el fenómeno migratorio.
7. Que se construyan las tres refinerías que se necesitan en el país para dejar de comprar gasolinas en el extranjero. Con esta decisión se reducirían las importaciones de gasolina que ya se acercan al 50 por ciento de lo que consumimos, se daría valor agregado al petróleo crudo, se generarían empleos y se ahorrarían divisas.
8. Que se cancele la llamada Alianza Educativa, y en particular, que no se permita el cierre de las escuelas normales y se otorguen plazas a todos sus egresados.
9. Que se lleve a cabo un programa de construcción de obras públicas para reactivar la economía y generar empleos; de manera particular, que se atienda la falta de servicios públicos y de vivienda, en beneficio de la gente pobre de los centros urbanos y de las ciudades fronterizas.
10. Que renuncien de inmediato los secretarios de Gobernación y de Seguridad Pública y el procurador General de la República, por carecer de integridad y ser ineficaces en el combate a la inseguridad y la violencia.
Adicionalmente, nosotros estaríamos dispuestos a llegar a un acuerdo con nuestros adversarios, si además, repito, se hace el compromiso de retirar en definitiva las iniciativas de privatización de Pemex y a cambio de ello, se apoya el Programa de Acción Inmediata para el Fortalecimiento de Pemex, que ha sido elaborado por un grupo muy diverso de personas de diferentes ideologías, militantes de varios partidos, y otros que no militan en ninguno. Este programa, según ellos mismos, atiende la urgencia de rescatar a Pemex de la postración en que lo han sumido las políticas de los últimos gobiernos. Con este programa se asignarán mayores recursos a Pemex para que los destine a actividades que se han rezagado: exploración, refinación, conservación y mantenimiento de equipos y plantas, petroquímica, ductos, almacenamiento, e investigación y desarrollo.
Con este programa, sin ninguna reforma legal y mucho menos violando el espíritu y la letra de la Constitución, se demuestra que existen recursos suficientes para garantizar el sano crecimiento y diversificación de las actividades de Pemex y para comenzar a fortalecer su infraestructura e iniciar nuevas plantas de refinación e instalaciones de transporte y almacenamiento. Se demuestra, también, que no se requiere invitar a inversionistas del exterior para fortalecer a Pemex.
Amigas y amigos:
Si se aplica todo lo aquí expresado, se puede frenar la crisis, enfrentar la incertidumbre y crear un ambiente de seguridad, de aliento y de esperanza al pueblo de México.
Si aceptan estas propuestas, vamos al acuerdo para salvar al país y proteger a nuestro pueblo.
Este acuerdo podría llevarse a cabo en el Poder Legislativo, donde están representadas todas las fuerzas políticas del país y desde el Congreso, podría convocarse al resto de la sociedad. Además, la Cámara de Diputados tiene la facultad exclusiva de aprobar el presupuesto y la mayor parte de nuestras propuestas, dependen de una nueva orientación del gasto público. En pocas palabras, se necesita que el destinatario del presupuesto sea el pueblo y no los potentados y la alta burocracia. En consecuencia, voy a solicitar respetuosamente a los legisladores del Frente Amplio Progresista que presenten a sus homólogos de otros partidos este plan anticrisis.
Claro está, se trata de algo serio, que exige voluntad, compromisos y responsabilidad de todos. También es obvio que no aceptaremos la simulación ni el engaño.
Si nuestros adversarios optan por seguir haciendo la política de siempre, esa donde sólo cuentan los intereses de una minoría y no las demandas y aspiraciones del pueblo. De una vez les decimos, que sigan su camino, que nosotros vamos a continuar ejerciendo el legítimo derecho de hacer una nueva política para construir una República más justa, más humana y más igualitaria.
Por eso también aprovecho esta reunión para convocarlos a seguir trabajando en defensa del pueblo, de los bienes nacionales y de la transformación del país. De manera particular, les pido que estemos atentos a cualquier llamado, porque si Calderón y las cúpulas del PRI y del PAN insisten en aprobar un dictamen que privatice la industria petrolera, vamos a movilizarnos, habrá resistencia civil pacífica. Y no habrá multa o sanción que nos impida ejercer el derecho constitucional de manifestación. Además, la libertad y la justicia no se imploran, se conquistan.
Amigas y amigos: Desde esta plaza pública exigimos que se atienda el grave problema de contaminación del Río Santiago que afecta a los habitantes de los municipios de Juanacatlán y El Salto en Jalisco, donde está en peligro la salud de la gente, e inclusive, perdió la vida recientemente un niño por la terrible contaminación de las aguas.
Reiteramos nuestro rechazo al basurero de residuos tóxicos de una empresa española en Zimapán, Hidalgo. A la destrucción del cerro de San Pedro por la minera canadiense San Xavier, en San Luis Potosí, y a la devastación de Huizopa, Chihuahua, por otra minera canadiense.
También expresamos nuestro apoyo a las luchas en defensa del agua, los bosques y el medio ambiente. Nuestra solidaridad con los trabajadores y maestros que luchan en contra de las reformas a la Ley del ISSSTE y de la llamada Alianza Educativa.
Exigimos la libertad de los presos políticos de Atenco y a todos los luchadores sociales que se encuentran privados de su libertad por la defensa de causas populares.
En cuatro días se cumplen cuarenta años del movimiento estudiantil y popular de 1968. Desde esta plaza queremos rendir un sincero homenaje a esos jóvenes que abrieron los cauces democráticos en nuestro país. Cuarenta años después, como ellos, seguimos luchando por la justicia, la democracia y la libertad.
También nuestra solidaridad con los mexicanos que están siendo maltratados y deportados de Estados Unidos por las medidas injustas del gobierno de ese país.
Amigas y amigos:
Aquí repito lo fundamental: mantengamos la convicción de que en el camino hacia la construcción de una nueva República tenemos que ir creando, y eso es lo que estimo más importante, una nueva corriente de pensamiento que se arraigue y permanezca en la conciencia del pueblo. Una nueva corriente de pensamiento que reconozca y exalte la cultura y la inmensa bondad que hay en nuestro pueblo. Una nueva corriente de pensamiento que haga surgir una voluntad colectiva para impedir que en la política y en la vida pública predominen el engaño, la intolerancia, la corrupción y el afán de lucro, en vez de la verdad, la diversidad, los valores morales y el amor al prójimo. Una nueva corriente de pensamiento para evitar que el dinero triunfe sobre la dignidad y el ser humano valga por su trabajo, rectitud y generosidad.
Sigamos luchando con la moral en alto, sabedores que la verdadera felicidad se alcanza cuando se está bien con uno mismo, con nuestras conciencias y con nuestros semejantes. ¡Viva el movimiento estudiantil y popular de 1968! ¡Viva el Movimiento en Defensa del Petróleo! ¡Vivan los hombres y mujeres libres y conscientes! ¡Viva nuestro movimiento! ¡Viva México!

sábado, 20 de septiembre de 2008

La caída del ciclista

Víctor M. Toledo vtoledo@oikos.unam.mx

La caída del ciclista

¿Juega Dios con los ciclistas? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que no sólo hay dioses; también hay demonios de las pequeñas cosas, duendes diminutos, juguetones chaneques, gnomos, pequeños seres bromistas, dedicados todos ellos a promover sorpresas, hechos inesperados, sucesos imprevistos. Para la ciencia, estos eventos impredecibles han dado lugar a la llamada “teoría del caos”, dedicada a atender situaciones en las que “un pequeñísimo cambio en las condiciones iniciales puede modificar drásticamente el comportamiento general de un sistema en el largo plazo”: El aleteo de una mariposa puede provocar un huracán, un tornillo mal colocado la caída de un avión, un microbio el colapso de un imperio, y… una caída en bicicleta el inicio de la ingobernabilidad de un país.
Todo indica que la mayoría de los accidentes no son hechos fortuitos o derivados del azar, sino el resultado de eventos consciente o inconscientemente inducidos o facilitados por el accidentado. Dicho de otra forma, cada quien promueve sus propios accidentes. Quien anda en bicicleta sabe que ya posee la habilidad de mantener un equilibrio, por ello el ciclista es, en cierto modo, un maestro en el arte de balancear. El ciclista que cae debido a una pérdida aunque sea temporal de su pericia, ha perdido su capacidad de mantener su balance, de sostenerse en movimiento por medio de dos ciclos y mediante el justo medio entre dos fuerzas opuestas: una que viene de la izquierda, la otra desde la derecha.
Probablemente no hay mayor desgracia para un gobernante que sufrir un accidente en bicicleta, porque el evento devela, como metáfora y suceso, una situación personal de pérdida de control (interno y/o externo), de ingobernabilidad sobre el instrumento que conduce. Como un contrapunteo invisible pero efectivo, se pierde doblemente el equilibrio: en la conducción bicicletera y en la dirección gubernamental. El colmo: el ciclista se cae, y por el diccionario de sinónimos sabemos que caída significa declinación, descenso, decadencia, desplome, derrumbamiento, desmoronamiento, hundimiento, ocaso. Y todo hecho inusual, por diminuto o personal que parezca, encierra la posibilidad de convertirse en símbolo, en icono, en parteaguas de la historia de los individuos, las comunidades y las sociedades.
Cuando el ciclista que cae es además un presidente acorralado, acotado, debilitado por los acontecimientos y las fuerzas que estaría obligado a gobernar, la probabilidad de que le ocurra un accidente es muy alta. Creo que nunca ha habido, en la historia reciente del país, un presidente con tan poca capacidad de maniobra como el que actualmente nos (des) gobierna. Investido mediante un mecanismo fraudulento (ahí siguen, amordazadas pero vivas, las urnas de la elección de 2006 a la espera de ser interrogadas), su “debilidad de origen” lo ha llevado a obligadas alianzas con las poderosas elites económicas, los líderes más corruptos del sindicalismo, las televisoras, los gobernadores prepotentes y mafiosos, las corporaciones trasnacionales (¿alguien se imaginaba a un presidente mexicano llevándole un pastel al gigante Wal-Mart?), los bancos extranjeros, y un grupo de funcionarios públicos leales pero ineficaces y corruptos. Ello lo deja sin autoridad moral y, en consecuencia, sin capacidad para la acción, frente a las dos grandes fuerzas que lo amenazan de manera permanente: el crimen organizado ya empoderado social y militarmente, y la oposición política, social y ciudadana de un país cada vez más injusto e inseguro.
La caída del ciclista tiene un último y peculiar significado. No se pueden hacer análisis políticos acertados en un país tan lleno de magia colectiva como México sin tomar en cuenta la fecha cabalística de la ruptura histórica. El 2010 está tan presente en el inconsciente social de los mexicanos como el maíz, el águila y la serpiente, la Virgen de Guadalupe o el mole poblano. Conforme nos acercamos a esa fecha, a ese “accidente societario” soñado, columbrado, intuido y deseado por millones de ciudadanos, nos aproximamos a un momento en el que el anhelo por un cambio induce y condiciona una esperanza que marea. En la intimidad, la gente, los ciudadanos, bien pueden otorgar un significado premonitorio a la caída de la bicicleta.
Es en este contexto que las propuestas de Porfirio Muñoz Ledo, aparentemente inoportunas, excesivas o descabelladas, son de una enorme trascendencia. Solamente una reforma profunda del Estado, de sus formas y reglas, incluida la posibilidad de revocar los mandatos de quienes gobiernan, puede ofrecer una salida democrática y evitar la opción autoritaria y violenta. La caída del ciclista no es solamente una alegoría, una broma de los demonios de las pequeñas cosas o una nueva demostración de la teoría del caos. También es una señal, diáfana y oportuna, de la llegada de un límite y de la debilidad de un régimen, y de un “estado de cosas”. En algún lugar de algún momento futuro los mexicanos hablarán, con nostalgia o con coraje, con placer o con amargura, de aquel hecho extraño y absurdo que desencadenó el cambio que el país necesitaba. En la memoria colectiva se grabó con letras de oro como la “parábola de los ciclistas que caen”. Roguemos por ellos.
“Dicen que queremos derrocarlo, pero él se cae solo”: A.M. López Obrador

martes, 16 de septiembre de 2008

Zoe, La irremediablemente bella









El pequeño Pteroclitos o León Davidovich Bronstein, es decir, el vivo diablo en persona









Discurso del Grito de Independencia de Andrés Manuel López Obrador

Ciudad de México, 16 de septiembre de 2008Servicio informativo núm.


520http://serviciodenoticiasisa.blogspot.com



CONVOCA AMLO A NUEVA MOVILIZACIÓN PARA EL 28 DE SEPTIEMBRE. PRESENTA PLAN PARA FRENAR EL EMPOBRECIMIENTO Y LA INSEGURIDAD EN MÉXICO

Discurso de Andrés Manuel López Obrador, presidente legítimo de México, durante la ceremonia conmemorativa del 198 aniversario del inicio de la Independencia Nacional, en el Zócalo de la Ciudad de México, el 15 de septiembre de 2008. Amigas y amigos: Nos reunimos para conmemorar el 198 Aniversario de nuestra Independencia nacional, en uno de los momentos más aciagos de nuestra patria. Hoy nuestro país está inmerso en una profunda crisis económica, política, educativa, cultural y de bienestar social. A demasiados mexicanos los agobian problemas económicos y de toda índole. Domina el temor y la incertidumbre. Es frecuente escuchar las preguntas ¿Qué va a pasar? ¿En qué va a parar todo esto? Para estas interrogantes no hay respuestas aisladas y lo primero es conocer las causas de la crisis, saber cómo se ha llegado a estos extremos de decadencia. Como es lógico, esta descomposición social no es producto del destino o de la fatalidad; es, en una medida esencial, el resultado del mal gobierno y de las políticas que se han venido imponiendo para favorecer a una minoría, a costa de la opresión y el sufrimiento de la mayoría de los mexicanos. Toda esta crisis comenzó a gestarse desde que un grupo de tecnócratas, comandados por Carlos Salinas, convirtió de plano al gobierno en un comité al servicio de una minoría de banqueros, de hombres de negocios vinculados al poder, de especuladores, de traficantes de influencias y de políticos corruptos. A partir de la creación de esta red de intereses y complicidades, todas las acciones del gobierno se orientaron a mantener y acrecentar los privilegios de unos cuantos, sin importar el destino del país y la suerte de la mayoría de los mexicanos. En este marco de complicidades y componendas entre el poder económico y el poder político, se llevaron a cabo las privatizaciones de las empresas públicas. También en este contexto debe verse el asunto del Fobaproa, cuando en el gobierno de Zedillo, con el apoyo del PRI y del PAN, las deudas privadas de unos cuantos se convirtieron en deuda pública. Ese “rescate” de los bancos costó cien mil millones de dólares y desde 1995, cada año, se han destinado del presupuesto público alrededor de 30 mil millones de pesos, sólo para pagar intereses de esta enorme deuda pública. Al grado que en el proyecto de presupuesto que acaba de presentar la Secretaría de Hacienda del gobierno usurpador al Congreso para el año próximo, mientras a la Universidad Nacional Autónoma de México se le asigna un presupuesto de 22 mil millones de pesos, para el pago de intereses del Fobaproa se destinarán 35 mil millones de pesos. A la llegada de Vicente Fox siguió la política del pillaje. Inclusive se fortaleció y se hizo más vulgar la red de complicidades. Con el apoyo de esta mafia, se consumó la operación fraudulenta en las elecciones del 2006, para seguir imponiendo una política económica contraria al interés popular y a la soberanía nacional. El fraude causó un daño inmenso: se impidió la renovación de la vida pública, se perdió tiempo y, en vez de avanzar, hemos retrocedido; se lastimaron los sentimientos de millones de mexicanos; se socavó a las instituciones; se envileció por entero a la llamada sociedad política, y quien actualmente se ostenta como presidente de la República carece de autoridad moral y de autoridad política. La incapacidad de Calderón, su sometimiento, su pago en especie a quienes lo ayudaron en el fraude electoral, sus compromisos con grupos de intereses creados nacionales y extranjeros, su falta de voluntad de cambio, su conservadurismo y el desmantelamiento de los avances sociales y culturales de la sociedad mexicana, han agravado la situación del país. Hoy, no sólo hay más pobreza, desempleo, carestía, inseguridad y violencia, sino una sensación de frustración que empieza a dominar en amplios sectores de la sociedad mexicana. Todo esto, mientras el país está a la deriva y el gobierno usurpador está totalmente desprestigiado y carece de poder real, porque nadie lo respeta ni obedece. Ante esta crisis qué podemos hacer como movimiento. Como mexicanos libres y conscientes, comprometidos con el pueblo y comprometidos con México. Yo les propongo un plan para salvar a México, inspirado en lo que hemos venido enarbolando. Este plan busca cumplir tres objetivos fundamentales: frenar el empobrecimiento y la inseguridad del pueblo; defender el petróleo; y seguir trabajando por la transformación de la vida pública de México. En primer término, para frenar el empobrecimiento y la inseguridad del pueblo les planteo que luchemos, con carácter de urgente, por las siguientes medidas: 1. Que se cancelen los aumentos de precios de la gasolina, el diesel, el gas y la electricidad. 2. Que se otorguen becas a todos los estudiantes de preparatoria del país como se hace en el Distrito Federal. 3. Que se aumente el presupuesto de las universidades públicas para resolver el problema a miles de jóvenes que son rechazados, con el pretexto de que no pasan el examen de admisión. 4. Que se otorgue una pensión alimentaria a todos los adultos mayores del país, equivalente a medio salario mínimo, como se lleva a cabo en el Distrito Federal. 5. Que se entreguen de inmediato los ahorros de los ex braceros. 6. Que se aumente el presupuesto destinado al campo; se establezcan precios de garantía y subsidios al fertilizante y a otros insumos. 7. Que se construyan las tres refinerías que se necesitan en el país para dejar de comprar gasolinas en el extranjero. 8. Que se cancele la llamada alianza educativa y, en particular, que no se permita el cierre de las escuelas normales y que se otorguen plazas a todos sus egresados. 9. Que se lleve a cabo un programa de construcción de obras públicas para reactivar la economía y generar empleos; de manera particular, que se atienda la falta de servicios públicos y de vivienda, en beneficio de la gente pobre de los centros urbanos y de las ciudades fronterizas. 10. Que renuncien de inmediato los secretarios de Gobernación y de Seguridad Pública y el procurador General de la República, por carecer de integridad y ser ineficaces en el combate a la inseguridad y la violencia. Estas acciones pueden llevarse a cabo si hay voluntad política y se logra una nueva orientación del presupuesto público. Por eso, voy a pedir respetuosamente a los legisladores del Frente Amplio Progresista, del PRD, PT y de Convergencia, que hagan todo lo que puedan para apoyar estas medidas y frenar el empobrecimiento del pueblo y el deterioro de la vida nacional. Recordemos que es facultad exclusiva de la Cámara de Diputados aprobar el presupuesto público, y aunque sabemos que siempre se da la práctica del mayoriteo entre el PRI y el PAN, nuestros diputados tienen el poder cualitativo, la autoridad moral que otorga el defender realmente al pueblo y a la Nación. Además pueden argumentar que el gobierno de facto no ha hecho nada por reducir su enorme gasto burocrático. Por el contrario, en 2007, lo aumentó en 154 mil millones de pesos. Y hasta ahora su gasto corriente en 2008, se proyecta en 250 mil millones más. Es decir, en sólo dos años sumará 404 mil millones de pesos. A su vez, en 2007, los excedentes por precios altos del petróleo de exportación fueron de 12 mil millones de dólares y en 2008 serán 20 mil millones de dólares más. Por eso, debe reducirse el gasto burocrático en por lo menos 200 mil millones de pesos y que esos recursos, junto con los excedentes petroleros, se destinen como una inversión social a la juventud, a garantizar la soberanía alimentaria, a la construcción de obras públicas, para reactivar la economía, a crear empleos, al desarrollo social y al fortalecimiento de Pemex. En segundo lugar, en el marco de este plan, en cuanto a la defensa del petróleo, les propongo que sigamos luchando para evitar la privatización, abierta o disfrazada, de la industria petrolera nacional. Debemos estar conscientes que sólo con la movilización ciudadana podemos impedir que se cometa este atraco al pueblo y a la Nación. Por eso les convoco a estar atentos ante cualquier albazo o madruguete, y les propongo que el domingo 28 de septiembre, desde las 10 de la mañana, llevemos a cabo una marcha mitin del Ángel de la Independencia a este Zócalo de la Ciudad de México. Amigas y amigos. Es indispensable también que sigamos luchando para transformar la vida pública de México. El cambio que necesita el país no vendrá de arriba, de los potentados o de la podrida sociedad política. La historia nos enseña que cuando se viven momentos aciagos, la salida siempre viene de abajo, de la gente y de soluciones colectivas. En la lucha de Independencia, Hidalgo decía que el pueblo que quiere ser libre lo será y enseñó que el poder de los reyes es demasiado débil cuando se gobierna contra la voluntad de los pueblos; durante la Reforma, Juárez sostenía que con el pueblo todo, sin el pueblo nada; y en la Revolución, los magonistas repetían una y otra vez que sólo el pueblo puede salvar al pueblo, que sólo el pueblo puede salvar a la Nación. Amigas y amigos. Mexicanas y mexicanos. Sí podemos rescatar a México, todo depende de que sigamos trabajando en la organización del pueblo, convenciendo a más gente y haciendo conciencia. Debemos seguir insistiendo, con perseverancia, tercamente hasta lograr una renovación tajante de la vida pública. La crisis de México no se resolverá mientras se mantenga este régimen de injusticia, de opresión, de corrupción y de privilegios. Y no es exagerado decir que de este movimiento, integrado por millones de hombres y mujeres libres y concientes, de este movimiento de ustedes y de millones más, depende en mucho el destino del país y de nuestro pueblo. Todos tenemos derecho a vivir; todos tenemos derecho a ser libres y felices. ¡Patria para todos! ¡Patria para el pobre! ¡Patria para el humillado! No desmayemos, no perdamos la fe, sigamos adelante.
¡Viva la soberanía popular! ¡Arriba los de abajo! ¡Arriba los pobres! ¡Abajo los privilegios! ¡No al gobierno usurpador! ¡No a la reconquista! ¡No al intervencionismo! ¡No a la corrupción y a la impunidad! ¡Sí a la justicia! ¡Sí a la democracia! ¡Sí a la soberanía nacional! ¡Vivan los indígenas! ¡Vivan los campesinos! ¡Vivan los obreros! ¡Vivan los migrantes! ¡Vivan los artistas! ¡Vivan los maestros! ¡Vivan los profesionistas!¡Vivan los sectores productivos! ¡Vivan los medios informativos libres! ¡Vivan los estudiantes! ¡Vivan las mujeres! ¡Vivan los niños y los ancianos! ¡Vivan las minorías legales y legítimas! ¡Viva la cultura! ¡Vivan los héroes que lucharon por nuestra Independencia! ¡Vivan los padres de la Patria! ¡Viva Hidalgo! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Morelos! ¡Viva Juárez! ¡Vivan los hermanos Flores Magón! ¡Viva Francisco I. Madero! ¡Viva Francisco Villa! ¡Viva Emiliano Zapata! ¡Viva el general Lázaro Cárdenas! ¡Vivan los dirigentes sociales y políticos asesinados por defender las causas populares! ¡Vivan los héroes anónimos! ¡Libertad a los presos políticos! ¡Viva la Nueva República! ¡Viva la dignidad! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!

sábado, 13 de septiembre de 2008

El comandante Tomás Borge se dirige a Vicente Fox


Fox podría empedrar con ladrillos de oro una carretera
Se sumó al coro. ¿Quién tiene dudas de que al final de todo se trata de un coro? Ayer fue Mario Vargas Llosa, el cual, al menos, está respaldado por su grandeza literaria, y ahora se trata de otro grande, pero tan sólo de estatura, garañón de la hacienda San Cristóbal, también conocido como Vicente Fox. Este espécimen inventor de catedrales destruidas, plañidero a lágrima viva de los niños pobres de Nicaragua, se construyó una casa hacienda, en algún lugar de México que, según se dice, podría ser considerada por su suntuosidad como una de las 100 maravillas del mundo.
Mi amigo Jaime Morales Carazo, un hombre equitativo y justo, y al mismo tiempo prudente, conoce con detalles las tropelías de Fox y de su familia.
Vicente Fox podría empedrar una carretera mexicana con ladrillos de oro y por ese camino ha tratado sin acertar en una sola dirección correcta. Le mintió, en forma irresistiblemente cínica, a Fidel Castro, insultó a Hugo Chávez y, de seguro, con devoción racista odia a Evo Morales. Este hombre también es alto, blanco y hermoso, y de seguro considera a los latinoamericanos, incluyendo a los de su país, chaparros, feos, indios, negros y sin el uso del desodorante.
Mr. Fox llega a la tierra de Sandino recomendando honestidad cuando todo mundo sabe que si no saqueó las alcancías de la Basílica de Guadalupe fue por la estricta vigilancia religiosa. Llega a Nicaragua a respaldar a un bellísimo arquetipo, blanco como él, para que se robe la joya de Nicaragua, oscuro como él en concepciones ideológicas. Vicente Fox es uno de los hombres más ricos del mundo pero él no vale ni un billete partido en dos de baja denominación en México. Cualquier cosa que diga de alguien hay que agradecerlo si es en mal y hay que avergonzarse si es en bien.
Tomás Borge

domingo, 7 de septiembre de 2008

Flavio Sosa Villavicencio habla de Almoloya


Flavio Sosa Villavicencio *

Almoloya: ecos de Guantánamo

Almoloya es una cárcel guantanamera, los derechos humanos en ese inframundo son asunto secundario, el tiempo transcurre lento, gris...
Sabe a tierra de panteón el tiempo en Almoloya... Isla fría, gigantesca mole de concreto que se lleva cotidianamente sobre la cabeza, más los dolores, más los delitos prefabricados, más los jueces de consigna, más la persecución a la familia, más el olvido... Los gritos, sí los pinches gritos.
En dos ocasiones, mi madre viajó a ese lugar e intentó visitarme, pero ni siquiera con la intervención de la CNDH se le autorizó la visita y no pudo mirar ni conversar con ninguno de sus hijos, anticonstitucionalmente presos.
“De la que no sabemos nada es de la madre del gobierno...” dice un personaje rulfiano; cómo no evocar a Rulfo cuando el imperio del silencio es ruido y música, cuando el frío nos carcome y traga en las celdas y corredores, cuando el paisaje está poblado de muertos. Almoloya: La calavera.
Héctor Galindo e Ignacio del Valle, presos políticos, son objeto de la saña vengadora de una plutocracia que con sonrisas y millones derrochados en propaganda televisiva buscan la silla para continuar en la gerencia de los bisnes.
En Oaxaca en el año 2006, decimos, el magnetismo de la palabra justicia nos convocó; todos gritamos que se vaya, que se largue... Fuera. El grito de todas y todos se escuchó alrededor del mundo. Sin embargo la clase política y los poderes no escucharon. Violaron los derechos humanos, asesinaron, desaparecieron a personas, usaron “todo el poder del estado”, pisotearon la Constitución y las leyes, URO (Ulises Ruiz) acuñó una frase que quedará para la posteridad: “En Oaxaca no pasa nada”.
A dos años de 2006 seguimos exigiendo justicia. Más de 20 los muertos, más de 300 los presos políticos; ante los torturados, los desaparecidos y las exiliadas, la respuesta es el silencio, escandaloso, ofensivo silencio. “En Oaxaca no pasa nada”. Terrorismo de Estado, corrupción galopante, criminal impunidad. “En Oaxaca no pasa nada...”
Héctor Galindo, Ignacio del Valle, los presos políticos del Molino de las Flores, son víctimas de la injusticia, víctimas de una casta poderosa y rapaz. No son delincuentes, son luchadores sociales; se les exhibe como ejemplo de lo que puede suceder a cualquiera que se atreva a desafiar al Estado, sus megaproyectos, sus meganegocios, su modernización.
En Atenco y Oaxaca, ¿cuál justicia? Impunidad, criminal impunidad.

* Flavio Sosa, vocero de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, fue detenido en diciembre de 2006 cuando negociaba con el gobierno federal. Estuvo preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano y después en la cárcel regional de San Juan Bautista, Cuicatlán, en Oaxaca. Fue liberado el 20 de abril de 2008.