lunes, 24 de septiembre de 2007

¿Por qué espurio?

¿Por qué espurio?

Pterocles Arenarius

Las cadenas monopolistas de los medios electrónicos de comunicación se han enfrascado en una campaña desproporcionada contra el poder legislativo.
Pero lo que pasa no es más que un ajuste de cuentas. Las televisoras cayeron en el juego que los propios políticos crearon: hacer de la televisión un monstruo todopoderoso.
Desde siempre la televisión ha sido un factor de poder, un medio al servicio del poder. Ambos se han retroalimentado por décadas. Pero el poder no es fiel, ni siquiera leal. El poder es despiadado e inamigable. Las televisoras, en la campaña electoral del 2006 y en las anteriores abusaron de todos los políticos, aun de los ganadores.
Los panistas, los priístas y los perredistas, todos mendigaban una entrevista, un espot, cualquier clase de aparición en los medios. Recordemos también el bestial linchamiento que hicieron con René Bejarano y con otros perredistas.
La televisión se convirtió en motivo fundamental del poder. Cualquier político, desde el presidente de la República hasta el más humilde diputado, tenía que inclinarse ante las televisoras si quería llegar a los cargos.
Felipe Calderón, en su primera magistratura aun espuria, tiene una deuda inmensa con la televisión: le fabricaron las encuestas en las que lo nombraban ganador, lo pusieron en el centro de los reflectores, le inventaron una carrera meteórica, lo volvieron un héroe, lo ungieron como el que empató y rebasó a Andrés Manuel falsamente y no sólo eso, se empeñaron con el alma, deshocicándose, por destruir a Andrés Manuel. Calderón le debe todo a la televisión.
Calderón es un enano, no sólo físicamente. Porque ni siquiera con la supuestamente invencible campaña en su favor desde la televisión y la guerra puerca en contra de Andrés Manuel, ni así pudo ganar. Se requirió el fraude in situ, los chacales-mapaches de Elba Esther robándose los votos e inventando otros.
Hoy las televisoras sienten que Calderón las ha defraudado porque el poder legislativo ha creado leyes para evitar que el poder dependa de la televisión. Y para defenderse se autonombran defensores de la libertad de expresión. Nunca habíamos visto a nadie que mintiera con tanto cinismo.
Las televisiones han sido los peores enemigos de la libre expresión. Ellos se han autocensurado, pero mucho más, ellos se han puesto al servicio del poder; ellos han censurado a todos los que se oponen al poder. Ellos han cometido crímenes al ocultar los crímenes del gobierno en el año 68, en el 71, en la guerra de exterminio del gobierno contra el movimiento armado guerrillero.
Los dueños y los ladramentiras de las televisoras no tienen madre. Pero tienen razón en el hecho de que un delincuente (electoral) como Felipe Calderón los haya traicionado. El berrinche de las televisoras es el grito furibundo del mafioso que ha sido traicionado por otro gángster, su cómplice que se ha quedado con el botín sin repartirlo a pesar del absoluto apoyo de la televisión al candidato chaparro, hoy presidente espurio.
Pero ni siquiera así, con el apoyo del duopolio televisivo ganaba el enano. Por último tuvieron que acudir al fraude cibernético, como lo demuestran las absurdas gráficas de resultados electorales que presentó el IFE. Y éste también se desacreditó y mucho más, se batió de mierda hasta las orejas.
Luis Carlos Ugalde traicionó al PRI, partido que nominalmente lo colocó como consejero presidente del IFE, pero Ugalde, por ser fiel (le debía la chamba) a Elba Esther Gordillo quien a su vez se sometió –por sus personalísimos intereses– a Fox y a Calderón, traicionando a su partido, el PRI, puso a su incondicional Ugalde al servicio del PAN.
A Calderón todos le cobran los favores hechos para hacerlo llegar al poder. Si este presidente paga todo lo que debe, prácticamente no queda nada. Por eso es justo llamarlo PELELE. Si hasta el secretario de Gobierno de Guanajuato dice que a él (o a ellos) debe Felipe la presidencia de la República, lo mismo que dice Luis Carlos Ugalde al afirmar que si lo destituyen sería admitir que hubo fraude electoral. Pero sostenerlo significaría lo mismo; lo mismo que dicen los empresarios que hicieron la guerra de mierda para ensuciar a Andrés Manuel; lo mismo dice Elba Esther; lo mismo dirá sin duda su cuñado Hildebrando, el que proporcionó el fraudulento software que asegurase la victoria de Calderón.
Todas las alzas de precios (tortilla, leche, huevo, gasolina, gas) que ha sufrido el pueblo son parte de las deudas que Calderón tuvo que pagar a los que lo ayudaron a llegar al poder. Y las que vienen.
¿Qué va a hacer el PELELE, si es que realmente deseaba resolver la situación desesperada de más de la mitad de los mexicanos que viven en la pobreza? Hasta el momento no ha podido hacer nada, si es que quería.
¿Podrá hacerlo en el futuro? No lo creemos. Ni siquiera si no tuviera tantos que le reclamaran y tantos que nos oponemos a sus ideas. Y nos oponemos porque el sistema que él aplicará es el mismo que ha empobrecido a México a lo largo de un cuarto de siglo. Lo que se requiere es una transformación radical.
Y Calderón no quiere transformaciones, él quiere más de lo mismo. Es decir, de cualquier manera fracasaría si los que le reclaman lo dejaran, no podría resolver los grandes problemas de México. Pero si arriba no lo dejan, porque les debe todo y abajo tampoco lo dejan, porque les robó todo. ¿Entonces qué va a hacer este sujeto?
Pues que haga lo que pueda, no se espera nada de él. Y más bien, lucharemos por que sea destituido. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa no sirve para nada y además es presidente de México de manera espuria.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Santo es el Señor

Santo es el Señor

Pterocles Arenarius

Para Francisco Zapata

“Ah, como serás pendejo, pégame, güey”, me dijo Olegario, el crucificado, bueno, el escogido para subir a la cruz. Aprovechaba que la gente cantaba “Hosanna en las alturas, bendito es el que viene en nombre del Señor”. “Pégame, pedazo de güey” me repitió. Claro, a él no le dolían los latigazos de papel que le dábamos, pero a nosotros sí nos dolían las pedradas y los huevazos de harina que nos atizaba la gente. Era la primera caída y sí, recordaba, según programa, que ahí teníamos que pegarle entre los dos guardias pretorianos que íbamos con él, para que se levantara. El látigo de papel estaba embarrado de pintura roja para que pareciera que a cada golpe le sacábamos sangre. Pero yo no quería atizarle. Ni el otro güey que, caminábamos, uno a cada lado del Cristo, al frente de un escuadrón de pretorianos. La gente nos había traído a pedradas y escupitajos por golpear al crucificado con el chicote. Luego, en vez de pegarle le ayudé a levantarse de la primera caída porque me empezaron a llover limonazos y jitomatazos que el dueño de un puesto de verduras de la esquina había repartido entre la gente. Y el cabrón del Olegario, el Cristo, se me acercaba y en la cara me decía “pégame, pendejo, pégame, chingá, en vez de que me ayudes, pégame, güey”, y trataba de que nadie se diera cuenta; y la gente gritándonos “malditos asesinos” y las señoras hincadas llorando y rezando y los chavos mentándonos la madre y uno que otro borracho gritando quesque para poner orden y los turistas o algún reportero que se atravesaban para tomarnos la foto y los policías divirtiéndose con tanta chingadera y los pretorianos de a caballo, según ellos, nos iban cuidando, pero casi nada podían hacer por más que les echaban encima el animal a los estorbosos, pero de repente a ellos también los apedreaban. Se levantó el Cristo diciéndome “Chingada madre, eres rependejo, cabrón, o te faltan güevos o qué chingaos”, acercándoseme para que no lo oyeran y acomodándose las barbas postizas y la corona de espinas que no tenía espinas porque era de ramas de pirul. Y así seguimos avanzando bien sudados, empolvados y bañados porque no faltó un hijo de su chingada madre que sacó su manguera desde la azotea de su casa y nos echó agua, según para refrescarnos; nos alcanzó a bañar el hijo de la chingada y no podíamos decirle nada, hasta que un pretor jinete le gritó “No eches agua, cabrón”. “Pos es para que se refresquen”. El Cristo le dijo al pretor “Dile a ese hijo de su puta madre que no nos moje”, se le iba cayendo el maquillaje que le pusieron para que simulara la sangre. El pretor le dijo “Ciérrale a tu chingadera porque te voy a echar a la policía”. Y le cerró, pero ya nos había bañado. El nazareno iba bien emputado cargando su cruz después de que lo bañaron. Con el agua se empezó a deshacer mi casco de romano, se arrugaron las cintas de guerrero que usaban como faldita y que me las hice de cartón lo bueno es que en el rayo del sol nos secamos rápido, avanzando entre los gritos y los lloriqueos, gente que nos insultaba y gente que lloraba por el martirio del Cristo y gente que cantaba “Oh, María, madre mía, oh consuelo del mortal. Amparadme y llevadme a la patria celestial” porque la virgen María, acompañada por la Magdalena, que era su amiga, santa Marta que le puso el santo sudario al Cristo, santa Isabel que era su prima y santa Ana, su mamá; habían pasado quizá un minuto antes que nosotros en un carro alegórico lleno de niños disfrazados de angelitos y lanzándole flores a la gente.
Yo iba sudando debajo del casco de romano que era un casco de albañil al que le pegué el penacho y el barbiquejo de papel plateado y que ya se iba deshaciendo, el traje de romano ya lo traía desgarrado porque, apenas saliendo la procesión, un borracho me jaloneó para que ya no golpeara al Cristo, también traía la vaina de la espada vacía pues en el jaloneo con el borracho no supe dónde quedó.
Llegamos a la segunda caída.
Todos los guardias ya estábamos urgidos de que aquello terminara. La gente estaba muy agresiva, el Cristo muy exigente con nosotros para lucirse, los jinetes bien fastidiados de cuidar que su caballo no aplastara a un chamaco o a una ruca de las que llorando se hincaban al paso del Cristo. Así que, aprovechando que se detuvo cuando, después de bajarse del carro alegórico llegó Santa Marta, o no sé cómo se llama la que le limpió la cara para que se quedara impresa en el santo sudario, lo más discretamente que pude me le acerqué cuando se fue la mujer y le dije “Pos ya tírate, cabrón, ya no hacemos la tercera caída, te tiras y metemos al Simón Cirineo a que te ayude a cargar y nos vamos al cerro con dos caídas nomás y que chingue a su madre el mundo”. Se me quedó viendo bien emputado, de pronto se me figuró que quería tirar la cruz y decirnos “Vayan a la chingada y busquen a quien crucificar”; pero no, me dijo “Ni madres, güey, ‘ora se chingan, le voy a decir a don Cataneo que ya le sacaron a los chingadazos y vas a ver que no los vuelven a meter en esto; pos es su penitencia, cabrones, ¿o qué, quieren todo muy fácil?”. Pero entonces Rosauro, un centurión de a caballo, se bajó, vino con el Cristo y le dijo “Vámonos a la chingada, ya nos atrasamos mucho, ya teníamos que estar allá arriba, los que te van a crucificar ya deben estar desesperados porque no llegamos, agárrate de un brazo de la cruz y yo de otro y vámonos en chinga”. Pero el Nazareno estaba emperrado en lucirse todo el camino y le dijo al centurión que no, que él iba a cargar la cruz hasta donde lo entregáramos. Rosauro, el centurión, le dijo al Cristo, “Pos si no la cargas tú, la cargo yo, cabrón, pero de aquí ya nos vamos, güey”. Rosauro, enfurecido porque la gente lo había maltratado mucho, ya con la urgencia de salir lo más rápido posible del brete, cometiendo una blasfemia, le quitó la cruz al Jesucristo y la echó en ancas al caballo, le hizo un nudo sencillo, se trepó al animal y se fue a paso ligero. Todos los guardias nos fuimos detrás de él trotando. El Cristo se quedó parado sin saber qué hacer, luego se fue igual, trotando detrás del caballo. La gente empezó a aplaudir porque así, el centurión le estaba evitando sufrimiento al buen Jesús. Las viejitas le echaban la bendición llorando al caballero que arrastraba la cruz amarrada a su caballo. Luego Olegario el Cristo le dijo “Ya me quitaste la cruz, ahora déjame subir al caballo por lo menos, no la chingues” y el jinete detuvo su caballo que se encabritó un poco y le dijo “Súbete pues, aquí junto a la cruz, en ancas”. Y subiéndose las faldas de su camisón el Cristo se subió al caballo y así se fueron. Las viejitas estaban felices y de pronto empezaron a aventarle flores al jinete que había rescatado a Olegario el Cristo.
Así llegamos a donde había que entregarlo. Ese era mi último trabajo en la representación. Olegario, el Cristo, se bajó del caballo, dos señores le ayudaron, creerían que iba muy lastimado. Ya descansado agarró su cruz y se la cargó. El Simón Cireneo, que tenía que haber entrado en la tercera caída que ya no la hubo y que había llegado ahí corriendo como el resto caminó junto al Cristo ayudándole con la cruz y yo me adelanté hasta quedar frente a la comitiva de crucifixión que, bien asoleados esperaban desde una hora antes al Cristo. Me planté, me dieron el micrófono que se viciaba haciendo un ruido espantoso y canté mi parlamento:
En tus manos, Cayo Flavio, romano centurión,
entrego al nazareno a tu consideración,
lo vas a ejecutar en la cruel crucifixión
y hasta aquí llegó mi obligación.
Recordé que me habían advertido “Más vale que, cuando entreguen al Cristo, ustedes le corran, a que nosotros le hablemos a la policía si los llegara a agarrar la gente y que los granaderos le vayan a pegar a la gente, ya ves que son muy brutos, ni lo mande Dios, no vaya a haber un escándalo, se acaba esta tradición tan bonita. Mejor le corren y se meten a la casa de doña Santiaga que es la verde que se ve allá, ¿sale? De ti depende todo, Pancho”, me dijo don Cataneo, que fue el organizador de lugares.
Se llevaron al Cristo a crucificar. Les dije a mis pretorianos “Cuando llegue el Pancho --que era uno de los de ayuda de a caballo-- nos vamos corriendo atrás de él para que nos abra camino”; pero el pinche Pancho no podía pasar porque había mucha gente y nos estaba dejando solos; los centuriones ya se habían llevado al crucificado y la gente nos estaba apedreando. Tomé la decisión de correr con mi gente sin la protección del caballo que no podía pasar, estaba como a unos treinta metros de nosotros. “¡Vámonos en chinga porque este güey no va a llegar!” les dije a mis muchachos. Me quedé hasta el final para que todos corrieran adelante de mí, no quería que se me fuera a quedar alguno. Corríamos y nos aventaban huevos con harina o confeti, en broma; pero también jitomates y piedras, en serio. Ellos iban unos ocho metros adelante de mí y a algún hijo de la chingada se le hizo fácil atravesarse en mi camino y meterme el pie. Traté de esquivarlo como jugador de futbol americano pero de seguro este güey jugaba futbol pero sóquer porque me aplicó al tobillo un bonito faul que me hubiera hecho caer de pura jeta si no es porque metí las manos. Me levanté lo más rápido que pude, aunque todo raspado, y se me juntó un chingo de gente. Me agarraron del traje de romano y se pusieron a zarandearme, “¿adónde chingaos vas, cabroncito, corriendo como pinche loco?”, me di el jalón y me rompieron mi traje, me agarraron de los brazos y traté de zafarme y entonces empezaron a golpearme. Y cometí el error de defenderme. Repartí unos cuantos chingadazos, pero fueron más --como al cuatro por uno-- los que recibí, lo bueno fue que por golpearme me soltaron y seguí corriendo. Alguien alcanzó a agarrarme de la ropa, me zafé y corrí; cuando ya llevaba un cacho corriendo me di cuenta de que ya iba encuerado, nomás llevaba calzones; mi disfraz ya me lo habían despedazado y, además, ahora sí estaba solo, ya no veía a mis pretorianos. Entonces cometí el segundo error, en vez de correr más fuerte me detuve, ya iba solo, en calzones y huaraches y estaba un poco alejado de donde iba el Cristo para ser crucificado. Entonces sí empezaron a meterme una soberana madriza. Era mucha gente la que se acercó y me pegaban con el puño los hombres, me rasguñaban las mujeres, me jalaban los cabellos las señoras. Estaban como enloquecidos y se desahogaban contra mí. Porque estaba desnudo, porque pensarían que era un loco drogado, depravado y violador, porque querían desquitarse en alguien, porque les iba mal en todo, porque varios hombres y mujeres estaban borrachos, porque son pobres y porque ¿qué chingaos hace un cabrón corriendo encuerado en donde representaban la divina pasión de Cristo?, o pensarían simplemente que yo era el vivo Diablo, ¿por qué no?
No sé cómo pude salir de esa corriendo en medio de tanto pueblo y corrí con todas mis fuerzas. Ya iba por los lugares donde no hay tanta gente y pude avanzar hacia la casa de doña Santiaga, donde nos cambiamos de ropa, pero empezaron a gritar “¡Agárrenlo, está loco, va drogado, es violador!”. Y era creíble porque ya iba yo completamente desnudo y golpeado, sangrando de verdad. Pero seguí corriendo. Parecía que me iba a escapar, pero hubo un genio que oyó los gritos, se hizo de una piedra de buen tamaño, se me paró de frente y cuando me tuvo cerca me la estrelló en la jeta con sólo atravesarla en mi camino. Vi algo como una enorme luz junto de mis ojos. Quedé tan aturdido que cuando me di cuenta estaba en el suelo. La vista se me había oscurecido pero traté de seguir corriendo aunque iba a gatas; ahí me fueron golpeando. No sentía dolor pero sí sentía los golpes, como flashazos cuando me pegaban en la cabeza y piquetes cuando me atinaban en el cuerpo. Me estaban apedreando y me daban una que otra patada. De pronto recibí un patadón en las costillas que sólo me hizo sentir vacío, dejó de entrarme aire y no pude moverme más. Entonces sí me golpearon. Alcancé a ver que me daban con un garrote. Luego todo se hizo oscuro y no supe más. Dicen que los guardias que mandé primero avisaron a los judíos, los fariseos, que ya habían terminado su papel, y éstos junto con otros romanos y gente del barrio vinieron a salvarme. No creo que hubieran llegado a matarme a golpes, pero qué bueno que me salvaron.
Cuando desperté estaba en un hospital del Seguro. Me contaron que al recibirme los médicos dijeron “Mira nomás, está hecho un Santocristo” y supe que les contestaron “No, si nomás era uno de los romanos el pobre güey”; al despertar sí tenía dolores en todo el cuerpo o más bien un solo dolor que era mi cuerpo entero. También estaba horriblemente aturdido, drogado. Tenía un collarín para que no moviera el cuello, un brazo enyesado, una manguera metida por la nariz hasta lastimarme la garganta, otra manguera que, terminada en aguja se encajaba en el dorso de mi mano derecha y, lo peor de todo, una manguera encajada en el culo.
Los amigos asistieron a verme. Unos se burlaban, otros simulaban condolerse, pero estoy seguro que hacían chistes a mi costa. Sabíamos que hay que salir corriendo del lugar porque la gente no quiere a los romanos que crucificaron a Cristo. Y todos tenían la idea de que yo era muy pendejo porque me quedé a que me golpearan.
Al tercer día vino a verme el crucificado, Olegario Malagón, bendecido por la gente del barrio, admirado por los que tenían la suerte de ser sus amigos, adorado por las viejitas que le besaban las manos y las mejillas cuando se lo encontraban en la calle, entrevistado por los periódicos y, una vez, por televisión en su propia casa con su familia, respetado por los señores y estimado por los padrecitos de las parroquias de la colonia, pero, lo más doloroso, perseguido por las mujeres el hijo de la chingada, perseguido por las más bonitas para darle... lo que él les pidiera, pecando o sin pecar. Fue a visitarme al hospital. Lo vi entrar muy contento, radiante, lo acompañaba una preciosa muchacha que no reconocí. Hubiera querido decirle “Ándate a la chingada de aquí, cabrón, qué chingaos vienes a burlarte de uno”. Pero por la chulada de mujer que iba con él no dije nada.
–¿Qué te pasó, güey –fue lo primero que dijo.
No le contesté. Se asustó. Me miró un rato afortunadamente breve y se largó.
Dijo que yo estaba muy grave, que no podía hablar y que no reconocía a nadie.

lunes, 10 de septiembre de 2007

El Yunque

EL YUNQUE

Fundada hace medio siglo con el patrocinio de los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y por priistas de extrema derecha adquiere su nombre porque los soldados de Dios deben tener un carácter semejante al del instrumento que usan los hombres para forjar el acero. De acuerdo con el testimonio de un miembro de la organización que declaró ministerialmente, el carácter de un militante debe ser tan fuerte que por más embates o más golpes que reciba, no va a modificarse.
Para esta agrupación clandestina, su afianzamiento en círculos de poder político, militar y mediático forma parte de una estrategia para alcanzar su objetivo principal: "evangelizar a las instituciones ".
Se reclutan para convertirlos en "soldados de Dios". No es casual que en la ceremonia de juramento se pronuncien oraciones y una frase contundente: "por Dios y por la patria ", que tiene reminiscencias cristeras, pero también se evocan las falanges españolas. El ideal de estos personajes es que en México se instaure un régimen similar al de Francisco Franco, en el que no sólo exista un hombre que conduzca al país con mano firme, sino que a su lado esté la iglesia. El objetivo es " instaurar el reino de Dios sobre la tierra", algo que evidentemente se contrapone a la Constitución, a las leyes y a la historia.
Los datos que presenta el autor del libro El Yunque: "La ultraderecha en el poder" del periodista Álvaro Delgado los fue recopilando de documentos que se encuentran en el Archivo General de la Nación (AGN) —abierto a la consulta pública por decisión de Vicente Fox desde junio del 2002—, de libros, revistas y periódicos que se han ocupado del tema a través de los años. Parte importante de la información fue proporcionada al autor, por miembros del Yunque, quienes son mantenidos en el anonimato, protegidos por el secreto profesional del periodista.
El Yunque ataca la educación oficial pública, para tener la plena libertad de educación, pues el Estado no debe adjudicarse el derecho absoluto a la educación de los hijos. Defiende los derechos civiles. Critica las políticas de planificación familiar. Lucha en contra del Aborto , antes apoyados por el entonces Arzobispo primado de México, Ernesto Corripio Ahumada. Esta secta lucha contra la Izquierda y el socialismo. Muchas reformas que se hicieron a la Constitución fueron promovidas por esta organización, que proponía 33 enmiendas a la Carta Magna, las cuales la mayoría se cumplieron, desde las relacionadas con los temas electorales hasta las reformas a artículos constitucionales en materia de libertad religiosa
Son capaces de mentir en el nombre de Dios y capaces de usar también a Dios como alcahuete para sus fechorías.
"Salvemos al mundo del diablo comunista, seamos soldados de Dios".
"Soy soldado de Cristo y mi estandarte es la Cruz… venimos a celebrar a Cristo Rey y al que no le cuadre que vaya y chingue a su madre"...Consignas de los grupos juveniles de Testimonio y Esperanza, una de tantas fachadas de El Yunque.
Esta es la derecha mexicana más retrógrada que considera a Hitler el brazo armado de Dios.
El Yunque ya tiene controlado totalmente al PAN, al que penetró mediante muchísimos membretes, desaparecidos y vigentes:
Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO), Provida, el Opus Dei, Legionarios de Cristo, Legionarios de María, Caballeros y Escuderos de Colón, Cristeros, Vértebra, Consciencia Ciudadana, Coparmex, Concamin, Movimiento Nacional Sinarquista, Falanges Tradicionalistas Mexicanas, Unión Nacional de Padres de Familia, Alianza Cívica, Centro Nacional de Comunicación Social, Universidades La Salle, Panamericana, Anáhuac, Popular Autónoma de Puebla y del Valle de México, Frente Universitario Anticomunista, Asociación Nacional Cívica Feminina (ANCIFEM), Desarrollo Humano Integral Acción Ciudadana (DHIAC), Comisión Mexicana de Derechos Humanos (CND), Solidaridad Popular Cristiana, Fuerza de Opinión Pública, Movimiento Familiar Cristiano, México Unido Contra la Violencia, A Favor de lo Mejor, Caballeros de Malta, Cursillo de cristiandad, Damas Isabelinas, Movimiento Cristianismo Sí, Juventudes Lasallistas, Vida Humana, Enlace, Forja, Movimiento Testimonio y Esperanza, Asociación de la Juventud Católica Mexicana (AJCM), Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juventudes Nacionalistas por México, Doce Apóstoles, Unión Social de Empresarios Mexicanos, Grupo Enlace, Red Familia (para oponerse al feminismo, el laicismo y la revolución sexual; además apoya al gobierno de Bush), Fundice (dedicada a la exaltación de la herencia colonial), las Hijas de María, Adoración Nocturna, Cursillos de Cristiandad, Adoradores de la Vela Perpetua...
ALGUNOS DISTINGUIDOS YUNQUISTAS
Bernardo Ardavín Migoni, Jefe Máximo.

Ana Rosa Payán, Directora del DIF Nacional, expresidenta de la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem), organismo de fachada de El Yunque.
Ana Teresa Aranda Orozco, titular de SEDESOL, expresidenta de la Ancifem, a principios de los 90 fue alcaldesa de Mérida, Yucatán, donde se hizo famosa por impulsar la censura moralista de espectáculos y obras de arte. En el DIF, está continuando con la línea iniciada por Aranda, de apoyar a las organizaciones y redes internacionales de la extrema derecha, que contemplan lo mismo la lucha contra el laicismo y la libertad sexual, que el apoyo a proyectos neoliberales, el anticastrismo y el antichavismo
Teresita Aguilar Marmolejo expresidenta de la Ancifem.
Cecilia Romero, expresidenta de la Ancifem, hoy Senadora.
Ramón Muñoz Gutiérrez Alias "Julio Vértiz", Influyente Consejero de Fox.
Carlos María Abascal Carranza, titular de la Secretaría de Gobernación, que prohibió a su hija la lectura de Aura, obra de Carlos Fuentes e hizo que despidieran a la maestra de su hija en la secundaria donde estudia.
Arturo Chávez Chávez, miembro de Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), quien como Procurador de Justicia de Chihuahua dejó libres a asaltantes miembros de este organismo de fachada de El Yunque, hoy flamante Subsecretario de Gobernación.
Leonardo García Camarena, militante del Partido Demócrata Mexicano cuando era controlado por El Yunque, hoy flamante responsable de la Unidad de Desarrollo Político.
Manuel Espino, Presidente Nacional del PAN, Vicepresidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) que incluye al PAN. Cuenta con antecedentes de agresión, actuación sin escrúpulos en contra de adversarios, cohecho, extorsión y tráfico de influencias como responsable de la Oficina Desconcentrada de Gobernación en ciudad Juárez, en el gobierno de Francisco Barrio Terrazas según el libro Historia de una Infamia del panista Luis Carlos Moncada.
Enrique Aranda Pedrosa, subsecretario, primo hermano de Ana Teresa Aranda y compadre de Luis Felipe Bravo Mena, embajador ante el Vaticano.
Lauro López, subsecretario de Asuntos Migratorios.
Juan Manuel Oliva, Candidato del PAN a la gubernatura de Guanajuato. Hoy gobernador de ese estado.
Emilio González Márquez, Candidato del PAN a la gubernatura de Jalisco. Hoy gobernador de ese estado.
Marco Antonio Adame, candidato del PAN a la gubernatura de Morelos, senador por el PAN y exdirigente del grupo Testimonio y Esperanza, grupo organizador de las peregrinaciones al Cerro del Cubilete.
Guillermo Velasco Arzac, presidente de la Coordinadora Ciudadana, Unidos, Unión Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (Unimoss), todas agrupadas en Sociedad en Movimiento.
Jorge Manzanera, exmiembro de la DHIAC.
César Nava, hijo del jerarca de El Yunque en Michoacán, será el enlace con el CEN del PAN en la Subsecretaría General Adjunta.
Luego dicen los jerarcas del PAN que El Yunque no existe. Pero es como las leyendas esotéricas: "Las brujas no existen, pero de que vuelan, vuelan."
Luis Orea, esposo de Ana Teresa Aranda, candidato del PAN a diputado por Puebla.
Juan Carlos Romero Hicks, Alias "Iturbide", ex gobernador de Guanajuato.
Enrique Garrido Patrón, ex gobernador de Querétaro.
En Guadalajara, en la región que en otros tiempos fue escenario de las sangrientas acciones de los cristeros, tendrán lugar las actividades sobre "Familia y Vida", expresión eufemística para el activismo contra la despenalización del aborto y en pro de una moral sexual de la abstinencia.
Francisco González Garza, expresidente de la Unión Nacional de Padres de Familia y dirigente de A Favor de lo Mejor, organización que pugna por la censura de los medios, y fue fundada en 1996 por Lorenzo Servitje, empresario que encabeza el grupo Bimbo, de la industria panificadora.
Fernando Sánchez Argumedo, de la red mexicana Yo influyo, organizaciones que apoyan las opciones de gobierno conservadoras.
Manuel Antonio Díaz Cid y José Antonio Arrubarrena, de larga trayectoria en grupos opuestos a la educación laica y en general a la separación entre la Iglesia y el Estado.
Cristián Castaño, titular de Instituto Mexicano de la Juventud, exdirigente juvenil del PAN en Nuevo León, y uno de los principales impulsores del anticastrismo en el gobierno de Fox.
Federico Muggenburg, quien inició su trayectoria en ese sector desde principios de los años 60, en el violento grupo anticomunista denominado MURO.
Francisco Xavier Salazar Sáenz, Alias "Capablanca" actual secretario del Trabajo y quien fuera dirigente de la Unión Nacional de Padres de Familia en el estado de San Luis Potosí, y como tal uno de los impulsores de campañas contra la educación sexual en los años 90.
Luis Pazos de la Torre, ex director de Banobras, que como diputado presidente de la Comisión de Hacienda, desvió 30 millones de pesos a favor de Provida, organización antiaborto, donde su yunquista dirigente Jorge Serrano Limón utilizó el dinero para comprar lencería para su mujer.
Fernando Guzmán Pérez-Peláez y José Luis Luege, procurador del Ambiente, los dos últimos presidentes que tuvo DHIAC.
EL YUNQUE Y ESPINO
En la Asamblea Nacional de Querétaro, fue clave para explicar el triunfo de Espino. Esta secta de extrema derecha logró colocar aproximadamente 120 consejeros mediante los dos métodos de votación: Propuestos por el CEN, inciso A, y por elección, inciso B.
Entre los consejeros se colaron personajes de la talla de María Teresita Aguilar Marmolejo, expresidenta de Ancifem; Oswaldo Alvarado Martínez, secretario particular de Bravo Mena, mismo cargo de Ricardo Anaya Cortés con Garrido Patrón; Ricardo de Gasperín Sampieri, pariente del obispo de Querétaro; y José Espina von Roehrich, poblano de origen y coordinador de los diputados del PAN en la capital.
Hijos de jerarcas de El Yunque también tuvieron cabida: Uno de ellos es el diputado Francisco Xavier Salazar, hijo del subsecretario del Trabajo Francisco Xavier Salazar Sáenz, "Capablanca", quien también es consejero nacional, y otro es Santiago Ardavín Ituarte, hijo del jefe nacional de El Yunque.
Panistas adversos a Espino prevén sanciones a quienes disientan, pero la Comisión de Orden, en la que se procesan en última instancia los conflictos internos, está también controlada por la organización secreta.
La preside el exdiputado federal Ricardo Torres Origel, ex secretario general de Gobierno de Guanajuato; Felipe Urbiola Ledesma, de Querétaro, cuyo seudónimo es "Emilio Jasso"; y Patricia Martínez Macías, de Aguascalientes. Aunque María del Carmen Segura Rangel y Manuel Gómez Morín no pertenecen a El Yunque, los tres suplentes sí: Guadalupe López Mares, Sergio Arellano Sánchez y Antonio Morales de la Peña.
El Senador Vicencio Álvarez advierte: "El partido está en el riesgo real de convertirse, en el mejor de los casos, en un partido de facciones y, en el peor de los escenarios, en un partido sectario. Y ni un partido de facciones ni un partido sectario son lo que Acción Nacional merece ni lo que el pueblo de México necesita."
"Espino ganó la presidencia del CEN porque lo respaldaba un grupo muy identificado dentro del partido, cuyas características de secreto, primordialidad e intolerancia me son inquietantes".
"El extremismo en el pensamiento lleva al aislamiento; el aislamiento incapacita para entender al otro y termina por llevar a la intolerancia. Una organización o una sociedad con actitudes o convicciones de intolerancia es incompatible con la democracia, pues en ésta hay que acometer la ardua tarea de construir la convivencia entre quienes piensan diferente y merecen respeto y aceptación.
"En El Yunque parece hacer muchos juicios categóricos que excluyen la validez de cualquier otro; son reflexiones que reciben una carga adicional de contenido moral, estableciendo una infranqueable barrera entre los 'buenos' y los 'malos'. En esta perspectiva de confrontación, las agresiones y hasta el crimen pueden ser fácilmente justificados, lo que constituye una grave contradicción con los motivos superiores que los animan."
"El secreto no es buen amigo de la democracia...De nada vale el argumento que pretende matizar afirmando que las actividades de El Yunque no son secretas, sino reservadas. Este es sólo un malabar semántico que no acredita una diferencia sustancial y que da cobertura al autoengaño." Finalizó el Senador del PAN Vicencio Alvarez.
Ocho días antes de la sesión del Consejo Nacional que designó a Manuel Espino como presidente del CEN, el viernes 25 de febrero dos personajes peculiares se reunieron en la residencia oficial de Los Pinos, poco después de las 11 de la mañana.
El jefe de la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental, Ramón Muñoz Gutiérrez, cuyo seudónimo en El Yunque es "Julio Vértiz", fue el anfitrión de Adrián Fernández, miembro también de la cofradía y presidente de "Panistas con Santiago", la agrupación que apoyó la precampaña presidencial del secretario de Gobernación.
Al día siguiente, en Toluca, Estado de México, Espino se entrevistó con Sahagún, cuyo jefe de relaciones públicas es Guillermo Velasco Barrera, hijo de Guillermo Velasco Arzac, uno de los jefes de El Yunque que tiene el seudónimo de "Jenofonte" y que la asesora desde el gobierno de Guanajuato.
El Yunque no sólo volvió a ganar la presidencia panista por tercer periodo consecutivo –dos de Bravo Mena y ahora Espino–, sino que controla la secretaría general, el CEN y la Comisión de Orden –la instancia que procesa las sanciones contra militantes inconformes–, así como comités y gobiernos municipales y estatales.
El diputado federal Germán Martínez advirtió de una "peligrosa ultraderechización" del PAN.
CREEL-FELIPE CALDERÓN
El propio Creel reconoció, en mayo del año pasado, que sabía de la existencia de la Organización Nacional El Yunque, pero, según él, su conocimiento era limitado: "Lo único que yo sabía es lo que me contó un expresidente del PAN ."
–¿Carlos Castillo Peraza?
–Sí, que tuvo que pactar con ellos.
Felipe Calderón, reveló el viernes 4 de junio de 2004, tres días después de su renuncia a la Secretaría de Energía, que él y otros panistas sabían "El Yunque es una organización que venía de los años sesentas o setentas,pero no estoy casado con una fobia hacia El Yunque ".
A Felipe Calderón nunca le preocupó la operación subterránea de la organización en el PAN: "Lo equiparo un poco a los grupos guerrilleros, pero ni siquiera tienen un periodo violento".
–Reportero: ¿Usted pactaría con esa organización para ser candidato?
–Felipe Calderón: "Yo creo en la política abierta, no creo en la onda grupera y no creo que se tenga que hacer exclusión de las organizaciones del PAN".
Felipe Calderón ha traicionado al PAN, a la nación y a su padre, que en los ochentas renunció al PAN después de descubrir que El Yunque había infiltrado a un gran sector de Acción Nacional, agradezco al señor padre de Felipe (QEPD) su investigación documentada en libros.
Felipe Calderón usó la imagen de su padre en su precampaña a la candidatura presidencial al más puro estilo de Madrazo...aunque antes de morir ambos progenitores renunciaron a sus respectivos partidos.

sábado, 8 de septiembre de 2007

El fraude de 2006 y los medios

El Fraude del 2006 y los medios


Pterocles Arenarius

Las pruebas del fraude electoral del 2006 son tan claras que los locutores de Televisa como los de TV Azteca, quienes niegan empecinadamente tal fraude, se van quedando cada vez más solos. Nadie les cree, ni siquiera ellos mismos, pero tienen que repetir irracional e infatigablemente que tal fraude no existió. Fieles seguidores de Goebbels: la mentira repetida un millón de veces termina siendo verdad.
A pesar de todo, ellos mismos admiten que en las encuestas –siempre mentirosas, siempre amañadas– indican que por lo menos un 30 por ciento de los mexicanos cree que hubo fraude.
Se pretende hacer de México una nación como la que nos describe George Orwel en su novela 1984, en donde el gobierno del Gran Hermano (Big Brother) vigilaba de día y de noche a todos los ciudadanos y los engañaba siempre para justificar sus brutalidades y la dictadura. Aquí las encuestas múltiplemente realizadas indican que “sólo” el 30 por ciento de los mexicanos creen que hubo fraude electoral. Pero que todos son felices, aunque sean pobres. Lo cierto es que hay opositores empecinados contra el gobierno y, lo peor para ellos, esos opositores tienen a la razón de su lado.
Y el gobierno mexicano compró los adminículos para espiar toda comunicación que realice cualquier mexicano, ya sea por teléfono domiciliario, celular, correo electrónico o chat. Felipillo quiere ser el Small Brother, y es que su estatura no le alcanza –ni física, ni intelectual, ni (jamás, por supuesto) legítimamente– para convertirse en un dictador. Es un enano en todos los ámbitos. Quizá en maldad, en perversión, en odio, quizá –que también son necesarios para ser un tirano–, quizá en esos terrenos sí tenga tamaños. Por lo pronto, si no los tiene, se empeña en demostrar que sí: las acciones contra el movimiento oaxaqueño y el de Atenco pretenden demostrarlo.
Los partidos políticos han entrado en la discusión de la nueva reforma electoral. Y un punto que está en primer lugar es el de la destitución de Luis Carlos Ugalde y todos los consejeros electorales. Es lo menos que se puede pedir. Ugalde y sus secuaces (no merecen ser llamados de otra manera) tienen una ilegitimidad de origen derivada de que fueron colocados en esos puestos por sólo dos partidos: el PRI y el PAN. Pero en el proceso hay una jugada artera, una traición infame: los consejeros propuestos por el PAN actuaron defendiendo los intereses de ese partido, pero los que propuso el PRI, no. Porque quien manipuló para colocarlos fue Elba Esther Gordillo, entonces secretaria general del PRI. Pero esa mujer fue expulsada del PRI por actuar en favor del PAN, Fox y ese monstruoso engendro político en que se convirtió la señora Martha Sahagún. Elba Esther Gordillo, en una jugada ignominiosa entregó al PAN, a Felipe Calderón, a los consejeros del organismo federal electoral en pleno, un Consejo completamente parcial en favor del PAN. Ese solo hecho descalifica a ese Consejo.
Pero sus agravios van mucho más allá. Además de dejar al PRI sin influencia en el Consejo, permitieron (léase obedecieron) a la profesora para decretar el registro legal de un “partido político” que en la realidad es el membrete de un grupo de amafiados, los mismos que controlan el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Hay evidencias de que los consejeros entregaron al cuñado de Felipe Calderón, el trabajo de diseñar el software para el conteo electoral. Hay pruebas de que en ese software se introdujo un algoritmo para aumentar votos a Calderón y restárselos a Andrés Manuel. Por supuesto que metieron su algoritmo ratero, es evidente al ver las gráficas que dieron esos consejeros como resultados, gráficas tan perfectamente simétricas, tan irreales, tan de máquina y no azarosas como tienen que ser resultados electorales.
Ya no contemos que esos consejeros permitieron a la –ese sí– Gran Chachalaca, Vicente Fox (la única objeción es que las chachalacas tienen un coeficiente intelectual demasiado alto comparado con el del señor Fox), la intromisión ilegal en el proceso electoral. Si, como dice Ugalde para defenderse, no tenía facultades legales para detener a Fox, mucho peso hubiera tenido una declaración de censura contra ese chivo en cristalería que siempre fue Fox.
Los mapaches electorales de Elba Esther, los correspondientes de los gobernadores priístas que ella convenció para que actuaran fraudulentamente para sesgar los resultados contra Andrés Manuel, el algoritmo, la campaña negra de Fox, la correspondiente de los empresarios, el consejo “ciudadano” entregado al PAN y aun así no pudieron ganarle a Andrés Manuel, porque tuvieron que recurrir al fraude cibernético. Se cumplió lo que dijera el repugnante junior Jorge Castañeda, “A López Obrador hay que detenerlo como sea”.
Las declaraciones de diversos actores del fraude han corroborado que lo hubo, por más que los locutores de Televisa y Tv Azteca se afanen en machincuepas lógicas, discursivas para “demostrar” que no hubo fraude. La perla insuperable es la del presidente espurio quien justifica su triunfo diciendo que “haiga sido como haiga sido”, tratando de ser chistosito, pero logrando la más lamentable antípoda del humor.
Todo lo anterior nos indica que cualquier cosa que hubiera hecho Andrés Manuel hubiera sido usada en su contra. Cualquiera que hubiese sido su actitud, los locutores televisivos habrían encontrado “errores de estrategia” que le costaron la victoria.
Como nunca la televisión ha tomado en sus manos el poder, la distorsión de la realidad y el entronizamiento de la mentira como forma de gobierno. La intención es mantener al mayor número de mexicanos en la miseria y la enajenación por la difusión de la estupidez en sus canales. Y mantenerse como la superélite de archimillonarios privilegiados en todos los sentidos por encima del pueblo al que desprecian.
El fraude electoral contra Andrés Manuel es un agravio monstruoso contra el pueblo mexicano. En el mediano plazo será cobrará. En el largo plazo, la historia colocará a cada quien en el lugar que le corresponde realmente a cada quien.
Felipe Calderón no tiene tamaños para ser recordado mejor que como “el pelele” usado por el gran número de gente poderosa que lo llevó (inútilmente) al poder.
La televisión no tiene defensa ante la inteligencia humana, es la gran promotora de la imbecilidad entre los seres humanos. Ese trabajo per se está condenado al fracaso, contradice la mejor esencia de la humanidad.
Sólo es cuestión de tiempo. Pero hay que difundir la consciencia, la racionalidad, la inteligencia. Hay que procurar el conocimiento entre las mayorías. Es cuestión de tiempo y de mucho trabajo.
A largo plazo la apuesta de los ricos, las televisoras y los poderosos no tienen ni el menor futuro.