domingo, 11 de mayo de 2008

Las raterías de Juan Camilo Mouriño Terrazo, secretario de Gobernación

Después de “investigar” los notorios y confesos latrocinios –no se puede llamar de otra manera al hecho de beneficiar a su familia con contratos desde una posición de gobierno– los diputados integrantes de la comisión que investiga a Juan Camilo Mouriño Terrazo han encontrado que este funcionario encargado de dirigir la Secretaría de Gobernación es inocente de las múltiples y bien conocidas raterías que ha cometido desde hace varios años.
En La Jornada del viernes 9 de mayo, en la página 4 aparece una foto en la que están cuatro imbéciles: Obdulio Ávila, Armando García, Xavier López Adame y Miguel Ángel Jiménez con sus jetas de cínicos, levantando sus manos sucias de ladrones, porque con ese acto nos están robando, están siendo cómplices del latrocinio, están protegiendo, con su autoridad, a un delincuente culpable, puesto que él mismo, Juan Camilo Mouriño Terrazo, ha aceptado que firmó contratos para otorgar trabajos a las compañías de su familia siendo “servidor público”, en abierta contradicción con tal carácter, pues no estaba actuando como servidor público, sino servidor de sus intereses y los de su familia y los cuatro pendejos mencionados avalan la ratería.
¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos si tienen secuestrada la autoridad? ¿De qué sirve reclamarles que nos sentimos estafados con su acción en la Cámara de Diputados?
Esto es una aberración. Esto nos sume en la impotencia y el coraje, lo único que nos queda es insultarlos. Desahogarnos diciéndoles lo que se merecen por ser ratero el uno y protectores del ratero los otros. No son mejores que el ratero que, en la calle, arrebata un reloj a una mujer indefensa y luego de echarse a correr, sus cómplices estorban a la mujer para que no lo alcance ni lo vaya a denunciar. Por lo menos tales raterillos tienen los güevitos de jugarse el pellejo, arriesgarse a ser detenidos, a ser golpeados y hasta extorsionados por la policía. Pero aquellas ratas no. Juan Camilo Mouriño y sus secuaces que le cuidan las espaldas son mucho peores y hacen mucho más daño.
Juan Camilo dijo que era honesto y legal haber firmado aquellos contratos como apoderado legal de la compañía que hasta lleva su nombre, Ivancar, porque al señorito, en familia le dicen Ivan. ¿Será honesto que a uno le den contratos que deben licitarse públicamente siendo funcionario de gobierno? Por favor. Eso es cometer fraude contra todos los que compitieron honestamente sin saber que la licitación estaba arreglada de antemano. Eso es robarnos a todos porque se emplea dinero para simular que se hace legalmente un proceso que es una mentira.
Luego, Juan Camilo Mouriño Terrazo, es un ladrón, aunque diga que no violó la ley y aunque los cuatro pendejos que vemos en las fotos de los periódicos levanten sus manitas para votar que lo exculpan, es decir, le quitan lo ratero. Lo cual es imposible y más bien ocurre lo contrario, estos cuatro imbéciles se vuelven sus cómplices, porque una vez más, se les paga de nuestros impuestos y se les paga demasiado bien para que no roben –ni ayuden a que otro robe– y nos están defraudando porque hacen mal su trabajo y lo saben.
Después de esto podemos pensar lo peor. Por supuesto que se quieren robar el petróleo y se robarán no sólo el petróleo, sino todo lo que puedan. Por supuesto que no tienen la menor intención de resolver los problemas de México, sólo tienen hambre de riquezas, pero un hambre bestial, insaciable. Es un hambre que no tiene llenadera, porque no se sacia con dinero pues está impulsada por una miseria intrínseca, una miseria interior, la miseria del espíritu que es imposible de saciar con bienes materiales. Entonces, si los dejamos, se robarán el petróleo, harán negocios monstruosos con las carreteras, con todas las construcciones, le darán un pellizquito en todas las partidas en que les sea posible dárselo e intentarán volverse tan ricos como Carlos Slim.
Si roban, confiesan la ratería y dicen que no es legal. ¿Qué podemos esperar? ¡Que roben como si estuvieran en competencia! Todos, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, César Nava, el monstruoso Agustín Carstens, el que está dirigiendo en IMSS, el gordo que preside el PAN, Agustín Cordero hoy en la Sedesol, todos los cuates del espurio. Han demostrado que no vienen a gobernar, vienen a robar.
Ay de nosotros si los dejamos que nos roben. Tenemos que detenerlos ya.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Listillo (o Mediocre)... ¡con derecho a voto!, naturalmente.

Miente usted (más rápido que inmediatamente)... por tanto, ¿me equivoco si digo que es usted un mentiroso?

Es decir, mala persona. : )

¿No? (¿no lo es?, pregunto)

Mentir es decir (con la intención de engañar) lo que uno sabe que es falso; por tanto, es un acto voluntario... (no hay mentira involuntaria -¡ya que eso sería un error o una distracción-!)

¿A ver (deficiente -o retrasado mental-) dónde se ha demostrado que D. Juan Camilo Mouriño Terrazo benefició a su familia???

Lo dicho: otro mediocre con derecho a voto...

(¡joder!)

: )

Pterocles Arenarius dijo...

Camilito era una ratita.

Camilito se robaba el dinero de todos, hasta el tuyo, pendejo, para beneficiarse a sí mismo y a su nobilísima familia.

Camilito era un hipocritita. Dios lo tenga en su reputa y mierdera gloria a donde yo no iré.

Camilito era una ratita, hasta la cara de ratita tenía.

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