domingo, 21 de septiembre de 2014

Eterno Femenino

Eterno Femenino, cuatro años

Pterocles Arenarius

Cuando murió José Revueltas —uno de los más grandes narradores mexicanos, por más que traten de olvidarlo y ningunearlo por su inconmensurable coherencia ideológica, su rectitud y, en otras palabras, su humanismo, es decir, por su compromiso con los más pobres y con las ideas del comunismo—, la ceremonia luctuosa se convirtió en un desgarriate. Todos los que lo expulsaron de sus organizaciones, el Partido Comunista Mexicano, la Liga Comunista Espartaco; los priístas, maestros del cinismo, que lo tuvieron en la cárcel por años; los izquierdistas “moderados”, los vendidos, como los chuchos de hoy; los radicales y hasta los troscos y los maos, todos querían homenajearlo. Y empezaron a pelearse a golpes por ser los que tuvieran el derecho de hacerlo y además de expulsar a los demás porque no tenían autoridad moral para homenajear al que quizá fue el más limpio y honesto militante comunista en la historia de aquel momento, estamos en el año 76 del siglo pasado.
Uno de los más grandes. Ninguno más limpio.
La ceremonia para despedir a Revueltas quien fuera aludido por Elí de Gortari con estas palabras “Me es difícil pensar en otro ser humano tan honesto como Revueltas”, terminó convertida en un rebumbio de insultos y algo más que conatos de agresión. Se dijo que así como su sepelio había sido su vida, un caos, un desgarriate. No es así, sino al revés. No hay un militante de izquierda tan recto y vertical como Revueltas, el desgarriate y el caos son los otros, toda la clase política del momento porque, exceptuando a la derecha, todos los que se sentían de izquierda —incluyendo a los priístas— estaban presentes. El rebumbio, el caos, el desmadre eran ellos. Revueltas siempre fue la coherencia en sus ideas y la más recalcitrante verticalidad con las ideas del comunismo.
Bueno, esto viene a colación porque el viernes 19 de septiembre de 2014, el mismísimo día que recordamos el terremoto más potente de la historia de México, se celebró el cuarto aniversario de la Editorial Eterno Femenino.
Para empezar, poquitos concelebrantes, diez, acaso doce personas. Muchos libros, mucha amistad, gran calidez, ambiente inmejorable y una garrafa de vino tinto de cuatro litros. El sitio, la Casa de la Juventud, LATA, no tengo la referencia a qué sustantivos se refieren las siglas y si las tuve las he olvidado, pero es una casa de la cultura en la delegación Iztacalco. Nadie estaba desanimado por la escasez de personal y más bien todos se encontraban en un estado de alegría por la celebración.
La editora (mujer orquesta) de Eterno Femenino y dos de sus autores.
Cada uno iba pasando a referir su experiencia acerca de Eterno Femenino y su gloriosa labor de publicar libros de autores que muy raramente encuentran el privilegio de la publicación en las editoriales establecidas, menos aun en las comerciales y ya ni hablemos de las que vorazmente buscan sólo los bodrios que suelen ser los best sellers en todos sus géneros.
El trabajo de la jefa editorial, de difusión-promoción, de redacción, de selección de títulos, de impresión, de terminado y refinación de los ejemplares, de transporte, venta y distribución de aquéllos y de higiene y aseo de las instalaciones, reitero el trabajo de ella es más que aceptable. Lo indescriptible, lo inverosímil y asombroso es que todo el trabajo anotado lo hace una sola persona: Noemí Luna García. Bueno, a veces tiene un ayudante.
México es un país que requiere desesperadamente educación y cultura. Cerca del treinta por ciento de los habitantes de este país son analfabetas funcionales, incluyendo al que dicen que es el presidente de la república. Alrededor del diez por ciento son analfabetas ágrafos. El consumo de libros, dicen, no llega a los dos por habitante por año. La educación, para nadie es un secreto, se encuentra en condiciones de catástrofe. La situación alimentaria depende de que los proveedores extranjeros quieran vendernos comida porque el “gobierno” —de alguna manera hay que llamarle— puso en sus manos el privilegio de que no nos dejen morir de hambre dado caso; por otra parte, el setenta por ciento de los adultos sufre obesidad o al menos sobrepeso y, el crimen, somos el país con los niños más gordos del mundo. La riqueza energética de México se está malbaratando de manera criminal. Y en general, hay muchos datos más que nos tienen como se dice en la más vulgar de las expresiones, con el culo en la mano. O deberían tenernos, pero la gran mayoría de los mexicanos están anestesiados por la más poderosa y nefanda de las drogas, la televisión comercial, convertida —no es nuevo, recordemos a Paco Stanley— en cártel de las drogas. Los criminales se regodean en los sitiales de poder y se jactan de su impunidad y hasta se hacen llamar víctimas cuando son señalados por sus crímenes.
La verdadera imagen del PRI. Los criminales se regodean en su impunidad.
Es en este contexto catastrófico trazado a grandes rasgos donde Eterno Femenino realiza su inmensa labor. Entre pleitos, duro trabajo, aparente desorganización, pertinaz impuntualidad, a veces a pesar de hasta la represión policiaca, el boicot de las autoridades no tan escaso. Pero con sinigual generosidad, sin discriminación a veces ni siquiera por la calidad de los textos, con un valor difícil de encontrar y con una nobleza y un amor a la literatura, al arte, que no es posible descubrir salvo en, por ejemplo, los mujaidines o los “terroristas” que se hacen explotar con un buen fajo de cartuchos de dinamita bajo la ropa, aunque estos lo hacen por amor a Alá y no al arte ni a la literatura.
Eterno Femenino es una empresa (de emprender, del latín ad hendere, atrapar, capturar) que a diferencia de todas las demás empresas no da ganancias. De las empresas tenemos edificantes ejemplos. Las grandes empresas, unos cuantos cientos de ellas en México, tienen sumido al país en la desgracia, los empresarios son los maestros en chingarse a todo el mundo, en primer lugar a sus clientes, porque venden sus productos al precio más alto que pueden —con frecuencia por imposición, sin competencia, por ser monopolios— sea o no justo, nada más lejos de una empresa que la justicia, ellos lo único que quieren es ganar y la mejor manera de hacerlo es chingándose a sus clientes. En segundo lugar, las empresas se chingan a sus trabajadores, les pagan lo menos posible, para eso el salario mínimo mexicano es una de los más bajos del mundo, sólo comparable al de los países africanos. Una persona sola, sin familia, no puede sobrevivir con un salario mínimo. El salario mínimo es un crimen del gobierno y de los empresarios. En tercer lugar se chingan entre ellos mismos. El supuesto ideal de los empresarios, del capitalismo, en general, es la libre competencia. Pero la competencia no es para que todos estemos bien, sino al contrario, para que los más voraces, los más astutos, los más hijos de la chingada, destruyan a los menos poderosos. Y para eso se vale todo. De tal suerte que la libre competencia siempre termina como monopolio. Las empresas se chingan a todo el mundo y su ideal verdadero es beneficiarse a sí mismas, pero en realidad sólo enriquecen a su dueño o grupúsculo de dueños. Ése es su único y verdadero objetivo. Y en ello se están chingando también al planeta porque si no se detienen ante los más variados y monstruosos crímenes, ¿se van a detener por destruir el mundo en que vivimos?, no, por cierto, además, falta mucho para que eso ocurra, dirán ellos.
Ediciones Eterno Femenino
Gracias a Dios Eterno Femenino no es una empresa de ésas que se chingan a todo el mundo. Al revés. Es una empresa que beneficia a los autores que publica, porque encuentran dónde publicar algunos después de años batallar, de esperar, de buscar. Beneficia a los lectores porque Eterno Femenino les ofrece opciones que las empresas que sólo quieren ganar dinero no ofrecerán jamás. Eterno Femenino no compite con nadie, si acaso consigo misma, para realizar un trabajo mejor cada vez. Ciertamente, ha hecho últimamente ediciones realmente hermosas que envidiarían las otras empresas, las que trabajan para ganar (léase para chingarse a todo el mundo). ¿Cómo le hace Eterno Femenino para sobrevivir si no gana? Ése es un verdadero misterio que las otras empresas no querrán aprender jamás porque no quieren ya no digas perder sino ni siquiera buscan ganar decentemente, sino tienen como objetivo la ganancia bestial aunque sea injusta, aunque sea un robo. Pero ganar. Así como Carlos Slim llegó a volverse el más rico del mundo robando a cien millones de pendejos. Así como Salinas Pliego se ha convertido en uno de los más ricos de México robando escandalosas comisiones a los migrantes mexicanos en Estados Unidos por enviar su dinero a México.
Eterno Femenino no es una empresa de ésas que tienen por objetivo confeso chingarse a todo el mundo (incluyendo al planeta Tierra, nuestro mundo), si no pregúntenle a Minera México, empresa de asesinos laborales, recordemos Pasta de Conchos; contaminadores por miles de hectáreas y millones de metros cúbicos de agua, etc.
Esta empresa, Eterno Femenino, sin duda única en su género, que ya tiene en su catálogo más de cien títulos, lo que muchísimas de las otras quisieran ardorosamente, llegó a sus cuatro años de edad. Una gran hazaña. Y decidió celebrar tan feliz acontecimiento. Para ello hizo uso de sus contactos y le proporcionaron un auditorio en la llamada Casa de la Juventud LATA, en un barrio bravo de la delegación Iztacalco.
El poeta y narrador Juan Carlos Castrillón y el que esto narra salimos del recinto en donde se llevaba a efecto la fiesta. Queríamos comprar unos vasos de plástico para que el vino fluyera entre los convidados, como ocurre en cualquier presentación de libros o celebración de aniversario. A pocos metros del local de LATA estaba una pequeña tienda que nos proveyó de los necesarios vasos desechables. En la mera esquina estaban al menos doce jovencitos, no mayores de 19 años. Fumaban mariguana e inhalaban la conocida mona de una sustancia tóxica industrial que llaman activo.
Castrillón, poeta, narrador y militante.
Castrillón los invitó a participar en el evento. Los chicos, viéndose frente a un poeta de verdad, un viejo de treinta y tantos que aparenta este poeta, de inmediato intentaron la condescendencia con tan insigne personaje tan poco común entre ellos. La manera de hacerlo fue invitándolo a fumar un casi agotado cigarro hechizo, en efecto, de mariguana. Juan Carlos Castrillón jamás perpetraría un desaire a su presunto público y le fumó a la mota. Yo venía de la tienda después de comprar los vasitos. Y Castrillón me dijo “Jálale”. Comprendiendo lo que ocurría y al notar que la circunstancia era cordial acepté fumar del cigarrillo de mariguana. Los chiquillos veían a un, para ellos, hombre maduro y a un viejo como yo, sedicentes autores literarios y no dejaron de impresionarse, tanto que accedieron a entrar al auditorio de LATA a presenciar un acto de alta —o quizá baja— cultura, pero al fin cultura. Lo cual era muy loable y hasta perfectamente lógico. Los muchachos son vecinos de la LATA, lo menos que podría desearse e incluso esperarse es que fuesen usuarios de la dicha casa de la cultura. Y entraron. Sí, es cierto, iban mariguanos, también nosotros Castrillón y yo, Pterocles, pues aunque poquito, habíamos fumado mariguana.
Fuman mariguana, no tienen esperanza, los políticos, los poderosos la han exterminado.
Ellos, por desesperación, provocarán la hecatombe social. 
Cuando los policías los vieron entrar y tantito peor, acompañados por nosotros, de inmediato dieron voz de alarma. Sin que nos diéramos cuenta llamaron al menos a otros veinte policías. Algún jovenzuelo, empleado de la LATA, entró a decirnos que no podíamos abrir nuestra botella de vino: ¡una celebración literaria, libresca con prohibición para beber vino! Los invitados mariguanos se fueron saliendo poco a poco, más o menos decepcionados pues no había rock, no había más mota, no había ni siquiera vino. Algunos esperaron hasta media hora escuchando los testimonios de los escritores y las soberbias interpretaciones de blues del extraordinario músico blusero Jesús Téllez. Pero aunque era música muy fina, era demasiado blanda para los fuertes y violentos gustos de estos chavos que quizá habrían deseado bailar el saludable slam.
Finalmente los empleados de la LATA consiguieron interrumpir el acto. No les importó que en el presidium se dijera que la cultura debía ser para todos, que Eterno Femenino es una valiosa institución que está haciendo lo que el gobierno tiene la obligación de hacer y no hace, etc. Castrillón se puso a discutir acremente con la policía y fue amenazado con la detención, pero lo que en realidad querían era meterle una buena madriza; ya trinaban de coraje los pinches policías. La protagonista, la editora-directora-productora-promotora-difusora-expendedora de Eterno Femenino, Noemí Luna García (curiosamente tiene los mismos apellidos del criminal García Luna), tuvo que adoptar, por si no fuera suficiente, una ocupación más, la de ir a negociar con la policía por los disturbios que causan sus autores. Los policías, personas de mentalidad cerrada, obtusa, bastante enferma: “se paniquearon cuando vieron que los chavos banda se metieron al auditorio” pero, bueno, no los culpemos, su actitud responde a la limitada visión de su pervertido oficio: madrear a los mariguanos, meterlos a la cárcel, evitar que tomen un lugar en donde se hace cultura, en serio, eso confesaron como objetivo.
Así fue la celebración de los cuatro años de Eterno Femenino. Me recordó mucho el sepelio de José Revueltas. Dirán que la cultura es eso, el desenfreno, el caos, el desorden, los vicios. También eso es la cultura. Eso ha sido en toda la historia de la humanidad, pero mucho, muchísimo más. Pero más bien, eso es el gobierno que estamos padeciendo, el caos, el desorden, el robo del erario, la estupidez, la corrupción y la traición a México. El desmadre está allá. Nosotros estamos haciendo lo nuestro, lo que ellos, los que dicen que nos gobiernan, tienen como obligación hacer… y no lo hacen.
Al final estuvimos en el parque adjunto a la LATA, en la calle, por supuesto, violando sus leyes, consumiendo el vinillo que nos sobraba. Comentamos, entre muchas otras cosas, la curiosa situación de la LATA. Que los vecinos —a quienes formalmente les pertenece la casa de la cultura LATA— jamás entren a ese recinto, porque son mariguanos, porque son rebeldes, desempleados, porque no estudian ni trabajan, sólo fuman mota, porque chupan activo y beben caguamas. ¿Entonces para qué putas existe la pomposamente llamada Casa de la Juventud LATA, si los chavos que debieran estar allí haciendo teatro, escribiendo sus memorias del pasado y también las del futuro, bailando, leyendo, tocando guitarra, etcétera, tienen que estar autodestruyéndose ahí afuera inhalando un producto industrial altamente nocivo, mientras los policías vigilan que jamás accedan a la cultura ni a su casa?
Cartón para satirizar al gobierno emanado del "nuevo" PRI.
¿Entonces para qué puta mierda sirve el gobierno? ¿Para qué queremos una pinche casa de la cultura que prohíbe la entrada a los que debiera servir? ¿Dónde están las putas instituciones? ¿Quién va a atender a esos chavitos que fumaban mota ahí afuera de la LATA en algún renglón, en su educación, en su fuente de empleo, en su formación, en su alimentación? La respuesta es sencilla: nadie. Ergo, ¿para qué estamos manteniendo a una punta de zánganos que sirven para mucho menos de lo que sirve la mierda —pues la mierda abona la tierra— quienes dicen gobernarnos?

¿Quién responderá a todo lo anterior?

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