miércoles, 28 de enero de 2009

Guanajuato, ciudad cultural

Guanajuato, ciudad cultural


Que regresen los rateros,
pero que ya se vayan los pendejos.
Graffiti

Pterocles Arenarius

En Guanajuato hay un lugar lujosísimo para hacer deporte: alberca olímpica, fosa de clavados, cancha futbolística reglamentaria y con pasto, gimnasio perfectamente equipado, juegos infantiles, canchas de tenis de arcilla, pista de tartán, es un centro del llamado CEDAJ, Comisión Estatal para el Deporte y Atención a la Juventud. Se encuentra pocas decenas de metros afuera de la ciudad de Guanajuato, en la carretera hacia Dolores Hidalgo y siempre está vacío. Es decir, casi nunca se ven personas, jóvenes ni adultas practicando deporte.
Frente a un sitio llamado Los Pastitos, en la única otra salida de la ciudad, está otra construcción, menos lujosa pero no menos vacía de usuarios, también pertenece al CEDAJ, es menos lujosa y menos grande, sobre una colina casi enfrente de la plaza de las ranitas que hizo el notable artista plástico Javier de Jesús Hernández Capelo. Tal centro deportivo siempre lo he visto sin usuarios. Es más, nunca lo he visto abierto.
En las llamadas curvas peligrosas, está la Ciudad Deportiva de la ciudad. Ahí va la gente a jugar futbol, beisbol, basquetbol, las instalaciones están bastante aceptables. Cobran por sólo entrar.
La casa de la cultura, la única en esta ciudad de unos 150 mil habitantes, tiene ocho pianos para enseñar a todos los niños de Guanajuato. Las exposiciones suelen salir de esta casa para ser ofrecidas a una ciudad que no tiene idea de lo que hacen sus artistas, ni siquiera saben que existen.
En Guanajuato, primera ciudad cervantina de América, patrimonio de la humanidad (¡ay cabrón!), sede del Festival Internacional Cervantino, nunca (excepto en el Cervantino) hay funciones de teatro, leyeron bien, nunca. La orquesta sinfónica de la Universidad de Guanajuato se presenta cada semana en el teatro Principal, pero sólo en su temporada de presentaciones, tres meses al año. En Guanajuato hay dos cines, dos. Y eso a pesar de que han surgido extraordinarios artistas como Amat Escalante, premiado en Cannes, desconocido en su ciudad y, peor, olvidado por las autoridades.
De repente hay alguna exposición de pintura o de escultura que correrá con gran suerte si no es censurada por los yunquistas que dirigen (hacia el abismo) la cultura de esta “ciudad cultural”, la Atenas de por aquí, dijo Jorge Ibargüengoitia.
Pero regresemos al arduo misterio, ¿por qué están vacíos de deportistas los CEDAJ? Porque cobran. 160 pesos mensuales por persona. Antes te cobraron la inscripción, aparte de las mensualidades y lo hacen cada año. Ah, pero también cobran por entrar en esas instalaciones. Las cuales, al menos las de la salida a Dolores están preciosas, ¿será porque no las usa nadie?
Guanajuato es una cañada, el centro, fastuoso, de la ciudad se encuentra en el fondo, rodeado de cerros, del Cuarto, de los Leones, del Gallo. En esos cerros viven los chavos marginados. Ahí sí suele ser peligroso andar de noche. Los chavos fuman mota y beben caguama en la vía pública, se madrean los de este cerro con los del que sigue y muchos no trabajan (porque Guanajuato es un pueblo en el que no hay nada que hacer), no estudian porque la inscripción a la prepa cuesta dos mil 500 pesos y además porque en el examen de admisión (que cuesta mil pesos) sólo consiguen ingresar menos del 50 por ciento de los que se presentan. ¿Qué hacen esos chavos, sin escuela, sin trabajo, sin futuro? Echar chela y fumar mota. Prepararse para ser carne de cañón o de presidio. Cuando, al revés, el gobierno de funcionaretes ineptos, deberían estar agradecidos de que los chavos estén fumando mota, porque así, entretenidos en su autodestrucción no van a exigir lo que debían hacer por ellos esos funcionaretes sobrepagados de nuestros impuestos.
Ah, pero eso sí, cada tres años cambian el piso del centro de la ciudad a un costo estratosférico, en un negociazo para los síndicos y síndicas y cuates que los acompañan. Los chavos sin trabajo, sin escuela y sin futuro… que se pudran.
En Guanajuato, el agua cuesta unas diez veces más que en el DF. Y si no se paga un mes, como si estuvieras en guerra, el Simapag, Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guanajuato, manda un trabajador a que te la corte, como si estuviéramos en guerra. Ah, pero si vas y pagas lo que debes, te cobran 170 pesos por reinstalarte el servicio. Cuando lo haces sólo dices “Qué poca madre”. Además, cada mes que vas y pagas el agua te cobran un rubro “voluntario” para los bomberos y la Cruz Roja y otros, el 7 por ciento de lo que pagues de agua, por servicio de alcantarillado, de tal manera que la cuenta te la inflan agregándole además el IVA del IVA.
Así, mientras los CEDAJ están vacíos, mientras hay sólo UNA prepa oficial para toda la ciudad, mientras la casa de la cultura se hace pedazos para atender a todos los niños con ocho pianos, al mismo tiempo los chavos se sientan en piedras en los callejones chuecos de los cerros, se toman una caguama, se dan un toque. Y cuando ya no tienen para comprar material se animan a asaltar a algún desconocido bajando un poco del cerro. E inician así la preparación para hacer carrera como delincuentes.
Y luego no quieren que haya inseguridad. Y luego quieren que haya muchos más policías. Y luego no quieren que el narco y lo que llaman “el crimen organizado” no crezca ni prospere. Los políticos que debieran procurar el bienestar de los ciudadanos sólo llegan vorazmente a los cargos y saquean el erario y se largan a buscar otros cargos para seguir saqueando aparte de los sueldazos que se autoasignan. Más de 30 mil mensuales los ediles. Cerca de 60 mil el alcalde. Cerca de 40 mil los síndicos. Sin hacer nada. Bueno, más bien cobran por perjudicar al prójimo.
En Guanajuato, primera ciudad cervantina de América, patrimonio de la humanidad y sede del FIC; ciudad de intocable arquitectura por los mencionados pergaminos, debiera haber, si se pretende ciudad cultural, diez casas de la cultura, por lo menos. En cada una un taller de artes plásticas de primer nivel, dirigido por un artista de talla nacional. Igualmente, un taller de literatura que coordinara un escritor de primer orden. En cada una de esas casas debiera ensayar un grupo de teatro digno de actuar en Bellas Artes y otro de danza del mismo nivel. Grupos musicales de diversos géneros, desde el rock hasta el huapango y el son que se cultivan en el norte del estado. Y muchos grupos de cada disciplina en niveles menores para atender a la mayor cantidad posible de los chavos de los cerros. De ahí se obtendrían formidables presentaciones para el FIC, con gente de la propia ciudad.
Aquí en Guanajuato casi nunca se presenta un libro. La editorial de la universidad edita menos de 20 libros al año. Y tales volúmenes se ven sólo cuando hacen su feria anual del libro.
¿Todo esto es una ciudad “cultural”? Todo esto es la razón por la que se ha deteriorado el tejido social. Todo esto es la razón por la que los narcotraficantes tienen a su disposición mano de obra, miles, millones de muchachos que han perdido su futuro, porque los peores políticos del mundo, pero los mejor pagados del mundo se lo han robado. Lo único extraño es que la descomposición no haya ocurrido antes. Más extraño es que el estallido social tampoco.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado amigo, a la pista de tartán la gente no va porque es floja. Ahí cobran cinco pesos por entrar y si uno va a las 7 de la mañana no le cobran nada. Donde cobran la cantidad que menciona es en la alberca y es por las clases de natación las demás instalaciones cuestan cinco pesos. Echarle la culpe de todo al gobierno es padre, así uno no tiene culpa de nada.

Pterocles Arenarius dijo...

Pues echarle la culpa al gobierno es imprescindible, cuando el gobierno tiene la culpa. Si los gobernantes son rateros, como lo son (casi) todos los panistas seríamos estúpidos si no les echáramos la culpa de que lo son. En el Cervantino de 2008 el municipio extorsionó a los tamboreros reteniéndoles sus tambores a cambio de 800 pesos por tambor. A los comerciantes de San Fernando los atraca con miles de pesos por mes a cambio de dejarlos trabajar. En los sitios mencionados cobran a la gente floja y también a la que no lo es, porque todos los servicios debieran ser gratuitos. Ah, pero eso sí, nos pusieron en ridículo nacional e internacional prohibiendo el beso. Ah, imbéciles. Pero ellos no tienen la culpa de nada, sino aquéllos que votaron por el Partido Acción Nazional.

Anónimo dijo...

SOLAS ? SI HAY MUCHISIMOS TORNEOS EN LA TARDE YO CREO LAS VEN CUANDO SON LAS 12 DEL DIA CUANDO TODA LA JENTE ESTA TRABAJANDO YO JUEGO EN UN EQUIPO DE FUTBOL Y LA VERDAD SI COBRAN 5 PESOS PERO LA VERDAD SON UNA ISTALACIONES QUE LO MERESEN APOCO CUANDO VAS AL CINE TE LO DAN GRATIS HASTA UN CHICLE TE CUSTA DINERO LO QUE PASA QUE TODO QUERMOS GRATIS HECHENLE COCO Y NOSEAN FLOJOS