sábado, 25 de octubre de 2025

Pobres triunfos pasajeros

Reporte (personal) de lecturas, año 2025.

 38. Pobres triunfos pasajeros, Rubén Darío Higuera. Bajo el volcán ediciones, 2025. Duitama, Boyacá, Colombia. Diseño y diagramación Oswaldo Álvarez Rojas. 165 pp. Jueves 24 de octubre de 2025, 00:31, casita. Se trata de una buena novela policiaca. Pobres triunfos pasajeros es una novela negra, corrigiendo, más que policiaca y tiene una trama profusa, digamos. Lo que requiere una lectura muy atenta. Por otra parte, en la narración hay momentos de creación harto felices. Por ejemplo, la caracterización de los personajes. Tenemos a un hombre que es genial para la resolución de los crímenes específicamente de mujeres. La razón es terrible, incluso monstruosa. Pero es la motivación para una búsqueda en la que empeña su vida. Además, es un diletante empeñado en la ejecución al piano, sostiene el sueño de interpretar magistralmente a Schubert. Y falla. En la novela, esta ineptitud le otorga una faceta muy humana. Pero otro detalle que lo vuelve entrañable (un tanto inexplicable en México, pero posiblemente próximo a lo normal en un país tropical como Colombia): sufre tiña en la ingle. Lo cual lo obliga a rascarse compulsivamente en esa parte de su cuerpo, lo que resulta, obviamente, embarazoso. Así el personaje se encuentra entre la vergüenza de rascarse en público o el de sufrir el escozor y soportarlo para no exhibirse, rascándose la entrepierna, como un desvergonzado ante la gente. Es decir, estamos ante un ser humano que termina siendo altamente simpático para el lector. Punto para ese escritor.

Novela de autor colombiano. Buen trabajo

No menos es entrañable la descripción de una mujer que se compara con bueno número de objetos, se trata de un notable ejercicio de lírica, de poesía en pleno y nos convierte a esa chica en un ser al que no podemos sino amar.

La literatura, en su exploración, en el ejercicio de su inteligencia y en el hecho de que “nada de lo humano le es ajeno”, retrata la belleza, nos comunica el estremecimiento que provoca en un ser humano el poeta, en este caso el novelista que ha impregnado de poesía su narración. Más que agradecible para el que lee es esta descripción de una singular y preciosa mujer. Pero la poesía, la literatura, ha ido mucho más allá; la belleza tiene su antítesis en el horror. Y comunicarlo no es menos hazaña que describir la belleza. Antes de acceder al final, hay que anotarlo: una de las motivaciones de las novelas negras es la venganza. Terrible, inútil para resarcir el daño sufrido, estéril. Pero humana, demasiado humana, dijo aquél. En Pobres triunfos pasajeros presenciamos tal venganza, por lo que a mí toca, no recuerdo haber leído una tan crudelísima, despiadada y sanguinaria por más que merecida.
Una virtud más de la novela es la sorpresa que nos aguarda al final. Un insólito final, por más que sea un final feliz.
Llama la atención que uno de los personajes, no diré su condición en la novela se llama Jorge Luis (no Borges), pero sí Acevedo. Homenaje negativo de Rubén Darío.
Su editorial se llama Bajo el volcán. Su héroe: Lowry.
Es Rubén Darío Higuera, escritor colombiano


Finalmente, conviene anotar que Pobres triunfos pasajeros es también una novela que explora y describe —afortunadamente para la novela y también para el que la lee, pues hay no menos alto deleite— los dos supremos placeres que nos otorgamos los humanos en este mundo. En primer lugar es fuertemente erótica. Abunda el placer de la carne. Los encuentros amorosos o simplemente pasionales son frecuentes e intensos. Pero no menos se regodea en el segundo más grande placer físico de los humanos: los deleites culinarios: otras carnes, otros cuerpos: las delicias de la mesa en comida y en bebida. Y hasta podrían tomarse las descripciones, como recomendaciones. Atmósferas bien logradas siempre. El lector tiene que estar leyendo con los ojos muy bien abiertos para que no se le escape la intensa trama en que interactúan los personajes.

Acumulado: 6985 + 165 = 7150

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